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Anacleta Isasi, 60 años vistiendo a la Virgen de Caacupé

Anacleta Isasi, una hermana de la congregación del Cristo Rey, lleva casi seis décadas cuidando y vistiendo a la Virgen de Caacupé, una labor que considera un honor y una bendición.

Hermana Anacleta Isasi. Foto: ÚH.

Anacleta Isasi, una dedicada mujer de 87 años, pasó las últimas seis décadas de su vida en una misión sagrada: cuidar y vestir a la venerada Virgen de Caacupé. Esta devota hermana de la congregación del Cristo Rey hizo de esta labor su vida, prometiendo continuarla hasta que “la luz de mi vida se apague”, como ella misma expresa.

Nacida en la compañía Cañada de Arroyos y Esteros el 26 de abril de 1935, Anacleta se unió a la Congregación de las Hermanas Catequistas de Cristo Rey. Desde 1963, asumió la responsabilidad de cuidar la sagrada imagen de la Virgen de Caacupé, una tarea que asumió con alegría y amor tras el fallecimiento de Victoria de Añazco, la mujer que anteriormente se encargaba de esta labor.

“Es un honor para mí. Visto a la Virgen esculpida por el indio José, a su réplica que se ve regularmente y a la del Tupãsy Ykua”, señaló Anacleta. Cada 8 de diciembre, en el día de la Virgen de Caacupé, Anacleta viste la imagen con un vestido y una capa azul, adornados con lirios bordados y lentejuelas.

 

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Doña Anacleta recuerda con cariño el día que decidió vestir los hábitos, describiéndolo como el más feliz de su vida. Ese día coincidió con las fiestas de San José Obrero, el 19 de marzo de 1955. Desde entonces, dedicó su vida a servir y a cuidar la imagen de la Virgen.

“Siempre le agradezco a Dios por darme la oportunidad de estar al lado de la Virgen de Caacupé. Eso me llena de felicidad, de emoción. La cuidamos muy bien y, en su día, resalta su belleza. Ella va a la peluquería y todo para que su pelo quede hermoso y brillante”, confesó.

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Como parte de los preparativos para la fiesta religiosa que se celebra cada 8 de diciembre en la Villa Serrana, la Virgen de Caacupé pasa por un “spa”. Su cabello, donado por promeseras, se pinta y se cuida con crema de baño. Además, tiene su propia peluquera que le hace los rulos.

La cuenta de @lilispabellezayestilo compartió recientemente cómo quedó la imagen de la santa patrona, tras su paso por el spa. La Virgen pasó por la peluquería para enaltecer aún más su belleza y estar bien preparada para recibir a los miles de peregrinantes que la visitarán antes, durante y después de esa conmemorativa fecha.

Fuente: El Nacional.