La Basílica de Caacupé, ha implementado un nuevo plan de arborización que ha dejado a los fieles sin sombra durante las celebraciones. Los árboles de ficus que proporcionaban sombra en la explanada del santuario han sido reemplazados por especies nativas como el tajy y el manduvira.
Este cambio se debe a un proyecto de reforestación impulsado por un comité de gestión interinstitucional formado en Caacupé. El objetivo es plantar especies nativas de rápido crecimiento, ornamentales y generadoras de sombra para mitigar los calores extremos. Sin embargo, estas nuevas especies aún son jóvenes y no proporcionan la sombra necesaria para proteger a los peregrinos del intenso sol.
Las autoridades eclesiásticas defendieron la decisión, argumentando que los árboles de ficus estaban causando daños al suelo, ya que sus raíces obstruían los conductos eléctricos. A pesar de las críticas de un grupo de feligreses, el proyecto continúa y tendrá un costo total de G. 500 millones, según los promotores.
La recomposición del arbolado urbano comenzó en mayo de este año. El 10 de agosto se retiraron todos los árboles de ficus y se plantaron nuevos árboles nativos de dos a tres metros de altura. Aunque estos nuevos árboles eventualmente proporcionarán una mejor zona de sombra para los peregrinos, actualmente no ofrecen la protección necesaria contra el sol.
Esta situación ha generado controversia entre los fieles que visitan la Basílica de Caacupé. Mientras algunos apoyan el esfuerzo por promover la flora nativa y proteger el suelo, otros critican la falta de planificación y consideración hacia los peregrinos que deben soportar el intenso calor sin protección.
Mientras la intención de plantar especies nativas es loable, la implementación del proyecto ha dejado a los fieles expuestos al sol, lo que plantea preguntas sobre cómo pueden reconciliarse mejor estas dos prioridades.
Fuente: Última Hora.
