Via peru21.pe
Durante la última década, el uso de las redes sociales se expandió a límites insospechados: hoy en día son millones los usuarios que utilizan diariamente plataformas como Facebook, Instagram o Twitter, no solo para comunicarse o expresar alguna opinión, sino también para compartir imágenes, videos y todo tipo de información personal.
Y aunque el avance de la tecnología resulta beneficioso para muchos sectores, los menores de edad (niñas, niños y adolescentes), son la población más vulnerable y enfrentan numerosos peligros como el ciberacoso, los chantajes y las amenazas.
A continuación, conozca 10 impactantes datos sobre los riesgos a los que se exponen los menores en las redes sociales.
Irma Llano, fiscal de la Unidad de Delitos Informáticos del Ministerio Público, indicó en conversación con Radio 1000 AM que la mayoría de las víctimas de los delitos en redes sociales son menores de edad.
Estos casos, según la funcionaria, responden a la mala utilización de las plataformas digitales y los dispositivos electrónicos. “Adultos hacen comentarios donde hay víctimas menores, reenvían imágenes del menor en las circunstancias que son denunciadas”, alertó Llano en comunicación con la prensa.
La funcionaria también explicó que cualquier actividad que se realice en las redes sociales queda registrada en una base de datos, aún después de que el usuario elimine la información. Es así que los mensajes, videos o fotografías pueden recuperarse para realizar investigaciones.
“La persona cree que es impune en las redes sociales y no es así. Todos los actos en la vida real como en las redes, tienen consecuencias, por eso tenemos que actuar con seriedad en lo que hacemos”, expresó Llano.
La representante del Ministerio Publico destacó la importancia de preservar la identidad de las víctimas, sobre todo cuando estas son menores de edad. Compartir imágenes de menores en situaciones vulnerables, es un delito denominado “revelación de secreto” y está penado por ley.
Llano subrayó que el derecho del niño está consagrado en tratados internacionales y en la Constitución Nacional, y bajo ningún concepto puede exponerse su imagen o datos personales.
La fiscal Llano recordó que anteriormente, su unidad querelló a una persona por haber publicado imágenes de un joven que había sido abusado. Según detalló, hoy en día la mayoría de los delitos contra menores se cometen a través de WhatsApp. De igual forma, los criminales utilizan la plataforma para compartir fotos y videos de las víctimas con otros usuarios.
Según un informe de Unicef llamado “Niños en el mundo digital”, publicado en el 2017, los peligros tradicionales a los que se exponen los menores (como por ejemplo, la intimidación), se han potenciado con el uso de las nuevas tecnologías, creando a su vez nuevas formas de abuso y explotación infantil.
Tal es el caso del abuso sexual ‘hecho a la medida’, el contenido autogenerado (incluidos los mensajes sexuales o “sexting”) y la transmisión en vivo de abuso sexual. Esto se debe en parte a que los niños tienen menos posibilidades de reconocer riesgos como la perdida de la privacidad y la exposición en línea.
En una investigación conjunta de la la ONG Global Infancia y la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de Save the Children Suecia, se determinó que:
Asimismo, el reporte indica que la actividad principal de los niños paraguayos en internet son los juegos en línea (77.5%), mientras que el segundo motivo sería las tareas escolares (44.6%). El tercer lugar lo ocupan las redes sociales con un 47.9%. Los menores encuestados también revelaron que utilizan en primer lugar el sitio YouTube y en segundo lugar Facebook, con un 49.5%.
La investigación de la ONG hace hincapié en el “riesgo de contenido”; esto significa que un menor de edad también puede ser expuesto a material no deseado e inapropiado para su edad. Esto puede incluir imágenes sexuales, pornográficas y violentas; algunas formas de publicidad; material racista, discriminatorio o de odio; además de sitios web que defienden conductas poco saludables o peligrosas como autolesiones, suicidio y anorexia.
Por esta razón, es fundamental el acompañamiento de un adulto responsable, para evitar que los más pequeños accedan a este tipo de material en la web.
De igual forma, el informe refiere que cuando un niño participa en una comunicación arriesgada, un adulto puede buscar contacto inapropiado y dirigirse al menor con fines sexuales. Sin embargo, el acoso sexual no es el único riesgo al que se exponen con el uso de las redes sociales. Personas que intentan radicalizar a un niño o persuadirlo para que participe en conductas poco saludables o peligrosas, también abundan en las plataformas digitales.
La ministra de la Niñez y la Adolescencia, Teresa Martínez, recordó un macabro hecho ocurrido en el 2015 para recalcar los peligros a los que los menores se exponen en las redes sociales. Se trata del caso dos hermanas de 15 y 16 años que fueron engañadas y abusadas en el penal de Tacumbú.
En conversación con la 730 AM, contó que todo comenzó cuando la menor de ellas, una estudiante de 15 años, fue contactada a través de Facebook por una supuesta mujer que decía ser periodista de una importante revista brasileña. Bajo engaños, solicitó a la adolescente que le envíe fotos en ropa interior para una supuesta producción de modas, a lo que finalmente la chica accedió. Sin embargo, una vez que obtuvo las fotos, la mujer le mostró que podía modificarlas y comenzó a chantajear a la menor.
Primeramente, le pidió “como amiga” que vaya a visitar a un supuesto hermano que estaba preso en el penal de Tacumbú. Y aunque la adolescente no quiso acceder al pedido, finalmente se encontró con el recluso para evitar que las fotos sean difundidas. Una vez más la mujer le solicitó fotos -esta vez sin ropa- y en posiciones eróticas, amenazándola con atacar a su padres y a su hermanita menor si no cumplía con el pedido.
Desesperada, la muchacha accedió una vez más a enviar las fotos, pero todo fue peor. En una nueva entrada al penal (supuestamente para recuperar las imágenes), la menor fue violada por dos personas que filmaron el macabro acto y continuaron amenazándola con difundir las fotografías. Ya sin esperanzas, la adolescente pidió ayuda a su hermana de 16 años, quien tampoco denunció el hecho y decidió ayudarla “por su cuenta”. Fue así que ella también ingresó al penal, donde fue violada, drogada y filmada por los mismos criminales.
Mientras los delincuentes amenazaban con enviar el video a sus padres y al colegio donde estudiaban, las adolescentes decidieron cortar comunicación y bloquearon el perfil. No obstante, a los pocos días un hombre llamó al colegio de una de las menores diciendo que era su tío y pidió hablar con ella. Fue entonces cuando la estudiante se quebró y entró en pánico. Fue su profesora guía -a quien posteriormente le llegó un video del abuso- quien radicó la denuncia y llevó a la estudiante a la Fiscalía.
La ministra Martínez recalcó que las adolescentes se encontraban en un terrible estado de shock por todo lo que les había sucedido. “Fue muy difícil verbalizar la denuncia. Ellas no soportaban verbalizar las cosas”, recordó la ministra, que por aquel entonces se desempeñaba como fiscal de la Niñez.
Respecto a los criminales que abusaron de las chicas y la falta de control en el Penal de Tacumbú, la ministra manifestó que “la persona ya estaba condenada por abuso a menores y tenía acceso absoluto a internet”. Finalmente, en 2014, Jorge Abel Pereira y Feliciano López López, reclusos de Tacumbú, fueron condenados a 20 años de prisión más 10 como medida de seguridad, sumando así 30 años.
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