Corría el año 2015 cuando un macabro episodio tuvo lugar en la estancia de la familia Hofstetter. Luis Alejandro Villamayor, más conocido como «Alex», hijo del exdiputado Luis Felipe Villamayor, fue hallado muerto en extrañas circunstancias.
Finalmente, René Hofstetter, amigo del fallecido, y el capataz de su estancia, Mathias Wilbs, fueron condenados por el homicidio del adolescente de 16 años.
No obstante, nuevas amenazas al padre de la víctima revelan que este caso aún tiene detalles que esclarecer.
A continuación, lea 11 datos importantes para entender el caso de Alex Villamayor.
El 26 de junio de 2015, Alex Villamayor (16), salió de su casa ubicada en Luque y fue a pasar el fin de semana a la estancia de los padres de su amigo y compañero René Hoftetter, quien en ese entonces ya había cumplido 18 años. A ellos se sumó otro adolescente, Alain Jacks Díaz de Bedoya, quien estaba a pocas semanas de cumplir la mayoría de edad.
René, Alain y Alex estuvieron solos durante toda la jornada y, entre otras cosas, dispararon armas de fuego que había en la propiedad. Aproximadamente a las 17:00 horas, tomaron una bebida conocida como “té de cucumelo”, que se prepara a base de los hongos que aparecen en las heces de las vacas y tienen un fuerte efecto alucinógeno.
Los jóvenes aparentemente pelearon durante las alucinaciones y tuvo que intervenir un adulto, identificado como Mathias Wilbs, quien en ese entonces trabajaba como capataz del la estancia de la familia Hoftetter.
Lo que sucedió tras la pelea no se sabe con certeza, pero aproximadamente a las 05:00 del sábado 27 de junio, Alex apareció muerto con un balazo en la cabeza y sus amigos dijeron que se había suicidado.
Sin embargo, lo que hizo Mathias Wilbs despertó la alerta de las autoridades: el capataz escondió el revólver homicida y colocó en la mano de Alex otra arma, alterando completamente la escena.
Aunque inicialmente colaboraron como testigos en el caso ante el Ministerio Público, René Hofstetter y Mathias Wilbs fueron imputados por el homicidio doloso del adolescente de 16 años.
Anteriormente, Wilbs fue imputado por la fiscala Olga Araújo por frustración a la persecución penal. El hombre reconoció que alteró la escena del crimen para que parezca un suicidio y no comprometer a René Hofstetter.
El capataz de la estancia cambió el arma homicida por otra que estaba sin percutir y la puso en la mano errada de la víctima. También hubo indicios de que el arma que acabó con la vida del estudiante estaba en la habitación de René, bajo llave.
En el caso de Alain Jacks Díaz de Bedoya, la fiscala Soledad Machuca desvinculó al joven de la causa “por falta de elementos”, pero la familia de la víctima cuestionó duramente la disposición, atendiendo a que son los mismos elementos por los cuales se imputó a Wilbs y Hofstetter.
A pocos días de la muerte de Alex, salieron a la luz nuevos detalles sobre el caso y los acusados cayeron en numerosas contradicciones. De acuerdo a una necropsia practicada, el cuerpo de la víctima fue cambiado de lugar y recibió varios golpes antes de su muerte.
A su vez, se descubrió que la madrugada del suceso había cinco personas en el lugar además de Alex, y no cuatro como se dijo en principio. Alex, René, Alain y el capataz no estaban solos, pues en la estancia también se encontraba el matrimonio Hofstetter.
El abogado Luis Villamayor, padre de la víctima, manifestó que los acusados cayeron en contradicciones y estarían ocultando “algo más grave”, ya que se mencionó inclusive un presunto abuso sexual.
Otro hecho que llamó la atención de las autoridades, es que René Hofstetter había viajado a Alemania a los pocos días de la muerte de Alex. Según su madre, fue al país europeo para recibir terapia psicológica. Sin embargo, a su regreso el joven declaró en sede fiscal que el viaje ya estaba planeado y que lo hizo con amigos, lo que resultó muy contradictorio para los agentes.
Manuel Guanes Nicoli, abogado defensor de René Hoftetter, expresó en el 2018 que su cliente no fue quien disparó a Alex Villamayor. Según comentó el letrado, el acusado dio negativo a la prueba de nitritos y nitratos, es decir, que no se detectaron rastros de pólvora en su mano.
Otro punto que alegaba la defensa es que el orificio de entrada y salida de la bala que mató a Alex era compatible con un autodisparo, ya que el proyectil ingresó en la parte lateral de la cabeza, de abajo hacia arriba y de adelante hacia atrás.
Manuel Guanes también insinuó que Alex podría haberse quitado la vida por los efectos del té alucinógeno que había tomado, ya que uno de los efectos del cucumelo es la “adopción de una conducta suicida”, según sus palabras.
Pese a los argumentos que expuso Guanes, admitió que la acción del capataz Mathias Wilbs -quien alteró la escena del crimen- perjudicó aún más a su cliente, quien se exponía en aquel entonces a una elevada condena por el crimen de su amigo.
Por su parte, el exdiputado Luis Villamayor refutó la idea de que su hijo se haya suicidado. Las pruebas de nitritos y nitratos también dieron negativo en la víctima, lo que quiere decir que le dispararon y no que se disparó él, según mencionó.
Villamayor recordó que Alex fue hallado en el suelo, con las dos manos en la entre pierna, como protegiéndose los testículos. La familia del joven cree pudo haber sido golpeado en dicha zona del cuerpo y que inmediatamente después fue baleado en la cabeza, lo que explicaría la trayectoria de la bala.
Respecto a los jóvenes que estaban con su hijo al momento del crimen, respondió: “Ellos son los únicos que pudieron haberse limpiado la mano, no como mi hijo, que ya estaba muerto”.
Villamayor admitió que no cree que el asesinato de su hijo haya sido premeditado, sino que pudo haber ocurrido como consecuencia de las alucinaciones de los jóvenes por el consumo del “té de cucumelo”.
A pocos meses de la muerte de Alex, el juez penal de garantías Máximo Ortega resolvió que los imputados, Matthias Wilbs y René Hofsteter, fueran recluidos en el Centro de Rehabilitación Social (Cereso) de Encarnación, argumentando que existía un peligro de fuga de los procesados.
Finalmente, en el 2018 el Tribunal de Sentencia de Encarnación condenó 12 años de prisión a René Hofstetter, al ser hallado culpable de la muerte de su amigo Luis Alejandro Villamayor (Alex).
Por otro lado, el capataz Mathías Wilbs fue sancionado con dos años y diez meses de cárcel por alterar la escena del crimen y obstruir la pesquisa.
Los jueces Enrique González y Diana Arana, habían descartado la teoría del suicidio por los numerosos indicios aportados durante el juicio. Los magistrados concluyeron que el autor del disparo -efectuado con un revólver calibre 38 de la marca Taurus- fue René Hofstetter.
Por su parte, el juez Nelio Prieto, votó en disidencia argumentando que las pruebas arrimadas, testimonios y pericias, no comprueban que el acusado fue el autor del disparo que mató a Alex.
En cuanto a la condena para el capataz Mathías Wilbs, hubo unanimidad de criterio. Los jueces afirmaron que el trabajador frustró la investigación del caso al alterar la escena del crimen.
Tras finalizar el juicio contra René Hofstetter y Mathias Wilbs, el exdiputado Luis Villamayor expresó que, aunque la condena le pareció baja (12 años), lo más importante es que se logró conocer la verdad sobre el asesinato de su hijo. “No fue más que la campaña de encubrimiento de un homicidio”, manifestó.
Asimismo, Villamayor acusó a la fiscala Olga Araújo, quien supuestamente defendió a los acusados afirmando que “ella había resuelto la cuestión y que la muerte de Alex se trató de un suicidio”.
A poco más de un año de la sentencia dictada contra Hofstetter y Wilbs, Luis Villamayor denunció que el asesino de su hijo contrató a tres sicarios desde la cárcel para que terminen con su vida.
A través de un video publicado en YouTube, el exdiputado dijo tener datos proveídos por el Ministerio del Interior y que la familia de Hofstetter estaría involucrada en dichas amenazas.
“Estoy grabando este video desde un lugar indeterminado, donde estoy escondido. Estoy escondido porque tengo datos ciertos, fidedignos, de que sicarios han sido contratados para asesinarme”, expresó el abogado.
“Quién le ha puesto precio a mi cabeza es la familia Hofstetter”, aseguró Villamayor, quien acusa directamente a René Hofstetter (recluido en el penal de Encarnación); a Michael Hofstetter (padre de René, quien cuenta con orden de captura); y a Cristina Hofstetter (madre del condenado) la cual supuestamente “actúa como ejecutora de la logística, entrando y saliendo del penal”.
Según las investigaciones del Ministerio del Interior, el plan para matar al exdiputado contaba con una fase previa: dinamitar el Centro de Rehabilitación Social (Cereso) de la ciudad de Cambyretá, para rescatar a dos cabecillas del Primer Comando da Capital (PCC) que estaban recluidos en dicha penitenciaría del departamento de Itapúa.
Carlos Henrique Silva Cándido Tavares y Oziel Riso de Sa, supuestamente controlaban el tráfico de drogas dentro de la prisión en sociedad con René Hofstetter, quien ya habría sido “bautizado” como miembro del PCC por los dos brasileños y como ‘favor’ pidió que acaben con la vida del exdiputado.
Debido a la relevancia que tomó este caso de Villamayor en los medios de prensa, el ministro de Justicia Julio Ríos, dispuso la intervención del Centro de Rehabilitación Social (Cereso) por 60 días. La causa serían las numerosas denuncias de supuestas irregularidades cometidas dentro del penal.
El director de Cereso, Carlos Fretes, es sindicado como responsable de brindar cobertura a los convictos para que realicen sus actividades ilícitas en el recinto.
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