En el marco del festejo por los 208 años de la independencia del Paraguay, fue habilitado un histórico adoquinado sobre la calle Paraguayo Independiente que cuenta con casi 100 años de antigüedad.
No obstante, la realización de esta obra generó una gran polémica, pues algunos expertos aseguran que existen muchas irregularidades detrás de la comentada inauguración.
En el marco de las fechas patrias, el pasado 15 de mayo, el presidente de la República Mario Abdo Benítez, habilitó oficialmente el tramo adoquinado de la calle El Paraguayo Independiente entre Oleary y Ayolas, frente a los jardines de la Casa de Gobierno. El mandatario estuvo acompañado por el vicepresidente Hugo Velázquez y los Ministros de su Gabinete.
“¡Hemos restituido el adoquinado del Palacio de López! Que nuestros hijos tengan la posibilidad de revivir nuestra historia y lo que somos en nuestras calles”, expresó Abdo Benítez en Twitter.
Los adoquines de granito originales fueron comprados en 1928 durante la presidencia de Eligio Ayala. Ese mismo año se colocaron para la asunción al mando de José P. Guggiari, comentó el historiador Herib Caballero Campos.
Existen versiones encontradas sobre el origen de este material, el cual llegó al país como lastre de los barcos. Algunos señalan que proviene de Suecia, mientras otros afirman que las rocas se trajeron desde de Francia.
Esta última versión cobra fuerza si se tiene en cuenta la descripción del arquitecto y coordinador del área de Teoría del Urbanismo en la UNA, Carlos Zárate. “Seguía una trama, un patrón del tipo francés”, refirió el profesional a la prensa.
El Ministro de la Secretaría Nacional de Cultura, Rubén Capdevila, calificó la habilitación del adoquinado como un “importante avance” en la puesta de valor del patrimonio histórico.
«La recuperación de los adoquines que forman parte del entorno histórico y paisajístico del Palacio de López, significan un importante avance en lo que respecta a la puesta en valor del importantísimo patrimonio histórico de la Nación”, expresó.
Las obras estuvieron a cargo de los técnicos del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), la Presidencia de la República, la Municipalidad de Asunción y la Secretaría Nacional de Cultura (SNC).
“El resultado está a la vista y lo más importante es que las instituciones han trabajado de manera articulada con un mismo criterio y una misma visión, recuperar el patrimonio histórico nacional. Esperamos que ésta sea solo una de las muchas acciones que haremos las instituciones del Estado responsables de la salvaguarda del Estado que dejarán en alto la actual gestión de Gobierno”, dijo el ministro Rubén Capdevila.
Arnoldo Wiens, ministro del MOPC, explicó que los trabajos se iniciaron en el mes de febrero tras una iniciativa del Presidente de la República. El objetivo del mandatario era rescatar el tradicional adoquinado que decoró las inmediaciones del Palacio de López durante gran parte del siglo XX.
“Se ha puesto en condiciones con un símil del adoquín que representa así como estuvo años atrás este sitio histórico, el paisajismo que rodea el Palacio de López va a seguir siendo intervenido para dejarlo en las condiciones más originales posibles”, expresó el funcionario.
Indignado, el arquitecto Jorge Rubiani habló con la prensa y criticó duramente las restauraciones que se hicieron en la calle frente al Palacio de Gobierno.
Según comentó el profesional, los verdaderos adoquines, de unos 100 años de antigüedad, desaparecieron hace 30 años y la misión del Gobierno debía ser recuperar esas piedras para utilizarlas en este sendero.
“En ningún manual de cuidado del Patrimonio Cultural se admite la reconstrucción de un bien con materiales nuevos”, expresó el arquitecto.
El arquitecto Rubiani sostuvo que el actual Gobierno no tuvo la voluntad de investigar dónde están los adoquines originales que fueron sacados durante la presidencia de Andrés Rodríguez, unos días después de la caída de Alfredo Stroessner, y poco antes del desfile del 14 y 15 de mayo de 1989.
“Es fácil verificar que antes de 1906 los adoquinados no estaban y en 1911 –que se publicaron en los álbumes gráficos del Paraguay– los adoquines sí ya estaban, de manera que data desde esa época, y fueron testigos de grandes acontecimientos del país, además de la asunción de los presidentes”, comentó Rubiani a la prensa.
El experto mencionó además que la otra parte de piedras originales están al pie de una estatua de López que había sido trasladada por la Municipalidad de Asunción. No obstante, el destino de una gran cantidad de adoquines sigue siendo un misterio. «Hay que preguntarle a (la ex intendenta de Asunción) Evanhy de Gallegos a dónde fueron a parar esos adoquines», refirió.
Historiadores y arquitectos destacan la puesta en valor del patrimonio histórico gracias a este tipo de trabajos. Sin embargo, lamentan que las autoridades no hayan contado con el asesoramiento adecuado para emprender semejante obra.
Herib Caballero Campos señaló que antes de iniciar dichas tareas, se podía haber conversado un poco más con urbanistas y hasta con la misma Municipalidad de Asunción.
El arquitecto Carlos Zárate, quien también es docente del área de patrimonio en Villarrica por la UNA, comentó que muy pocas calles del país cuentan con este tipo de pavimento. En otras arterias del microcentro, las calles eran cubiertas con maderas que se deterioraban con el clima.
Por su parte, el arquitecto Rubiani aseguró que el “nuevo adoquinado” no tiene ningún tipo de valor turístico, ya que las personas no pueden pasar frente al Palacio de Gobierno por orden de militares que están apostados en la zona. “Las cámaras fotográficas no aparentan ser ametralladoras”, ironizó el profesional.
El histórico adoquinado sobre la calle Paraguayo Independiente fue totalmente asfaltado en el año 1989, durante la presidencia del General Andrés Rodríguez.
Aunque la excusa para este ‘crimen’ urbanístico fue que las piedras hacían resbalar a los caballos de la milicia, Herib Caballero cree que la verdadera razón era resguardar la seguridad de la sede presidencial, ya que dicho pavimento dificultaba el tránsito en la zona.
No obstante, el historiador reconoce que el cambio podía tener otro motivo: la necesidad de renovar la imagen de la capital luego de la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner.
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