Médico de profesión y reconocido a nivel internacional, este gran defensor de los DDHH y el medio ambiente falleció a los 86 años de edad, pero dejó un inconmensurable legado que perdurará por siempre en la historia paraguaya.
Décadas atrás, la trágica muerte de su hijo Joelito a manos de las fuerzas policiales, fue el inicio de una lucha por los DDHH que defendería hasta el final de sus días. Su historia incluso fue llevada al cine por famosos actores internacionales.
Joel Holden Filártiga Ferreira nació en Ybytymi, departamento de Paraguarí, el 15 de agosto de 1932. Aunque era un médico de profesión, también se destacó como dibujante, pintor y poeta.
Estudió en la Universidad Nacional de Asunción, y en la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York. Desde sus inicios en la medicina mostró una gran sensibilidad hacia las necesidades de las personas más humildes, por lo que comenzó a ofrecer atención sanitaria a campesinos e indígenas en una clínica que abrió en 1959 en la localidad de Ybycuí.
El galeno era padre de Joelito Filártiga, un adolescente de 17 años que fue asesinado por la policía durante la dictadura del Gral. Alfredo Stroessner en 1976.
Si bien era amigo de la familia del Gral. Stroessner y estaba afiliado al Partido Colorado, Filártiga comenzó a tener roces con el régimen al militar como gremialista en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción.
Desde allí, denunciaba los graves inconvenientes que el uso de agroquímicos comenzaba a generar en la población campesina, además de la violencia con que los grandes terratenientes desplazaban los trabajadores de sus tierras.
A modo de represalia por las constantes denuncias del médico, en marzo de 1976 la policía stronista secuestró a su hijo, un adolescente de 17 años conocido como “Joelito” Filártiga.
El joven fue llevado a medianoche de su domicilio por las fuerzas policiales; fue salvajemente torturado y posteriormente asesinado. El caso fue caratulado como un “crimen pasional” por las autoridades y generó una gran conmoción en la ciudadanía.
Según fuentes policiales de la época, Joelito fue víctima de un crimen pasional a manos de un policía vecino de la casa, Duarte Arredondo, quien supuestamente sorprendió al joven con su esposa y lo asesinó a golpes.
Pero el doctor Filártiga era consciente de que las heridas de su hijo fueron a consecuencia de una salvaje tortura.
Para corroborar este hecho, tomó varias fotografías del cuerpo de su hijo que tiempo después le servirían como prueba para reclamar justicia.
“A Joelito le practicaron descargas eléctricas en sus genitales, le desgarraron las uñas, le destrozaron las muñecas, le dejaron el cuerpo totalmente magullado y hasta le pusieron un alambre en el pene. Le perforaron el mediastino para que se le pudiera poner formol”, rememoró Dolly Filártiga, hermana de la víctima, en una entrevista con la radio 1080 AM.
Tras la muerte de Joelito, la familia Filártiga comenzó una larga lucha para reclamar justicia. Sindicaron como principal responsable al comisario Américo Peña, quien estaba a cargo de la Comisaría de la ciudad donde residían.
La causa de la familia fue defendida por el abogado Horacio Galeano Perrone, sin embargo, el caso no prosperó y el defensor fue apresado por el régimen. Por su parte, el jefe policial acusado de la muerte de Joelito desapareció de Paraguay sin dejar rastros.
Pero pese al revés judicial en Paraguay, la familia de Joelito siguió buscando al culpable sin descanso. Dolly Filártiga fue informada de que el comisario prófugo se encontraba en Estados Unidos, por lo que ella misma viajó para buscarlo y lo denunció con la ayuda del Centro de Derechos Constitucionales.
Finalmente, en 1980 la justicia estadounidense falló a favor de la familia Filártiga, concediéndoles un reparo de USD 10.4 millones.
No obstante, el médico y activista siguió investigando y fue testigo de las miles de atrocidades cometidas durante la dictadura. Su invaluable trabajo sirvió para la formación de la Comisión Verdad y Justicia, organismo que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el gobierno de Stroessner.
En 1990, la cadena HBO produjo una película basada en la historia del Dr. Filártiga, “One Man’s War” (Un hombre en guerra), dirigida por Sérgio Toledo y protagonizada por el reconocido actor Anthony Hopkins.
El filme relata de forma conmovedora cómo fue el cruel asesinato de Joelito Filártiga y la incansable lucha de su padre por conseguir justicia. La película está disponible en la plataforma YouTube.
Además de militar fervientemente por los Derechos Humanos, el Dr. Filártiga dedicó su vida a la lucha contra el uso de agroquímicos y otras sustancias tóxicas que afectan gravemente a la población campesina del Paraguay.
“Estamos comiendo veneno con los transgénicos, herbicidas y fungicidas”, aseguró el activista, quien en conversación con la prensa dijo que el uso de estas sustancias tóxicas produce “un genocidio callado” que mata lentamente a los trabajadores del campo y sus familias.
En noviembre de 2018, el senador Paraguayo Cubas impulsó un proyecto para condecorar al Dr. Filártiga por «su inquebrantable lucha por la salud, la libertad y la justicia».
“Le dedico esta lucha a mi pueblo paraguayo, especialmente para que se le respete su propiedad a los campesinos. Hay jueces, fiscales que se venden; nuestra policía que está expulsando a paraguayos, es un escándalo”, manifestó en aquella ocasión ante los congresistas.
El Doctor Joel Filártiga falleció este viernes 5 de julio a los 86 años, en el Instituto de Previsión Social. Sin embargo, sus reflexiones y su legado quedarán por siempre en la historia del país y será recordado como un gran referente de la lucha por los DDHH.
“Tengo miedo, pero está dentro de mis cálculos poder morir en cualquier momento. Porque yo pensé eso: el cobarde se muere varias veces antes de morir realmente. Cuando tengo miedo me digo eso. Prefiero morir antes que vivir indigno”, expresó en una ocasión.
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