En el Penal de Tacumbú -uno de los más superpoblados del país- la crisis no para de crecer, y así lo demostró el último allanamiento realizado el pasado miércoles.
Las autoridades descubrieron que los reos no solo manejan drogas y armas, sino que además mueven importantes negocios dentro de la penitenciaría y hasta planean asaltos tipo comando desde sus celdas.
El pasado miércoles en horas de la madrugada, agentes de la Policía Nacional en conjunto con las autoridades penitenciarias, realizaron un allanamiento en el penal de Tacumbú, en Asunción. Carlos Figueredo, de la Dirección General de Establecimientos Penitenciarios, dijo que ante la crisis penitenciaria que existe en el país, se deben intensificar los controles dentro de las cárceles.
“Tenemos una orden precisa del ministro de Justicia de intensificar los controles, realizarlos de manera aleatoria y permanente en todos los establecimientos penitenciarios del país”, dijo en un comunicado del Ministerio de Justicia.
“Si bien los recursos humanos son escasos, es un momento en que todos estamos redoblando esfuerzos para lograr optimizar los controles de seguridad en todos los penales”, agregó el funcionario.
Las autoridades hallaron varios elementos prohibidos en poder de los internos, muchos de los cuales ya son habituales dentro del penal.
El operativo permitió la incautación de numerosas armas blancas, drogas, teléfonos celulares y tarjetas SIM, además de otros elementos como memorias USB.
Además de dichos elementos, se incautaron cuadernos con anotaciones que evidencian los fuertes movimientos comerciales que existen dentro de la cárcel.
En las anotaciones se especifican precios de diferentes productos y servicios que se “ofrecen” dentro en el penal, como botellas de vino o el uso de las habitaciones privadas.
En los documentos también se observa cómo los “vendedores” tienen un estricto control de aquellos reclusos que deben dinero por alguno de estos servicios.
Según informes de la prensa, estos negocios en Tacumbú mueven sumas millonarias, ya que los internos operan allí ofreciendo servicios con precios exhorbitantes.
Por ejemplo, el uso de las habitaciones para recibir visitas íntimas cuesta G. 120.000; las botellas de vino pueden costar hasta G. 140.000, mientras que un plato de comida se ofrece por G. 18.000 y una empanada cuesta G. 10.000.
En el Pabellón 5 Alta, uno de los más peligrosos del penal, se encontraron varios escritos y entre ellos un mapa con indicaciones para realizar un importante asalto a una vivienda en J. Augusto Saldívar.
El croquis especifica un objetivo para el presunto asalto, además de ubicar algunos lugares de referencia como la ruta San Lorenzo-Itá, el peaje y la comisaría de la zona. En las anotaciones también se leen horarios, nombres de personas y detalles sobre vehículos.
Además del mapa del presunto robo a un domicilio, se encontraron otras anotaciones de posibles hechos de asaltos a transportes de caudales, centros comerciales y personas con alto poder económico.
En varios de los documentos requisados en el Pabellón 5 Alta, se encontraron anotaciones de los “aportes” que realizan algunos reclusos, los cuales son llamados con seudónimos.
Cabe señalar que en este pabellón de alta peligrosidad se encuentran unos 60 internos y hay un porcentaje que presuntamente pertenece al PCC, además de otros simpatizantes de la organización criminal.
De manera simultánea, las autoridades penitenciarias también allanaron el Centro de Rehabilitación Social de Encarnación (Cereso). El operativo se llevó a cabo en el Pabellón E Baja del penal, donde se requisaron armas, drogas y celulares, entre otros.
Autoridades del Ministerio Público manejan la información de que reclusos de diferentes penales negocian entre ellos los atracos que se realizan fuera de las cárceles; es por eso que los allanamientos se realizaron de manera simultánea en Encarnación y Asunción.
Los investigadores no descartan la posibilidad de que algunos internos del Pabellón 5 Alta del Penal de Tacumbú, tengan vínculo con el asalto tipo comando que se realizó en la sucursal de Banco Visión ubicada en Cruce Liberación, departamento de Amabay.
Cabe señalar que el atraco, ocurrido en la madrugada del domingo, dejó grandes destrozos materiales y resultó víctima fatal un joven de 18 años.
En relación a las presuntas “colaboraciones” que algunos internos realizan a la organización criminal PCC, Carlos Figueredo comentó: “Puede decirse que (los internos) colaboran con el PCC (…) no tenemos la exactitud para decir si es gente “bautizada” y que pertenece a la estructura del PCC; pero sí gente que tiene relacionamiento económico con ellos”, admitió el funcionario.
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