Entrada de la estancia. Foto: Gentileza.
El cuádruple homicidio conmocionó a la ciudadanía y se reveló que detrás del crimen operaría una peligrosa banda criminal dedicada al robo de ganado.
Los cuerpos fueron hallados en una cámara séptica de la estancia Taguató. En el interior estaban los restos de una pareja de adultos mayores y dos niños.
Durante la siesta del martes 9 de julio, la estancia Taguató fue el escenario de un macabro crimen donde perdieron la vida una pareja de adultos mayores y sus dos nietos, menores de edad.
La familia había viajado hasta el lugar aprovechando las vacaciones de los niños. La propiedad, ubicada a unos 200 kilómetros de la ciudad de Filadelfia, estuvo abandonada por muchos años, según reporta UH.
En el atroz crimen perdieron la vida Alcibiades Desiderio Ayala, de 73 años y Francisca Nidia Núñez Romero, de 71 años, al igual que sus nietos de 10 y 8 años.
En conferencia de prensa, el fiscal Andrés Arriola explicó que Ayala, junto con su esposa y nietos, partieron de Asunción el lunes 8 de julio rumbo a Filadelfia y se hospedaron en el Hotel Golondrina, ubicado en dicha ciudad.
Al día siguiente, tras realizar algunas compras, viajaron hasta el establecimiento donde ocurrió el asesinato, detalló el representante del Ministerio Público.
Inicialmente la versión de la Fiscalía decía lo siguiente: Tras matar a los adultos los asesinos fueron directamente al ataque de los menores. Uno de los hermanos Vera Medina disparó contra la niña, quien no murió al instante. Pero, finalmente, un segundo tiro en la espalda atravesó su corazón y falleció.
Su hermano, mientras tanto, intentó huir hacia el monte al ver lo que sucedía, pero recibió un disparo mortal en la nuca. El arma utilizada fue una pistola calibre 22, informaron desde el Ministerio Público.
Tras pasar un tiempo sin tener noticias de sus familiares, la madre de los niños se comunicó el viernes por la noche con un trabajador de una estancia cercana a Taguató; el hombre dijo que él mismo iría a verificar la propiedad al día siguiente.
Por la mañana, el trabajador fue hasta la estancia vecina y se encontró con que todas las puertas estaban cerradas. Con permiso de los familiares, forzó la entrada pero no encontró a nadie en el lugar. Asustados, los padres de los menores viajaron hasta Boquerón para saber qué sucedió con los niños y sus abuelos.
Finalmente, llegaron hasta la estancia acompañados con personal de la Policía Nacional. Durante un recorrido, el papá de los menores observó que la cámara séptica fue cerrada con mampostería. Fue allí donde encontraron a las víctimas. El fiscal Arriola y los forenses procedieron al levantamiento de los cuerpos, los cuales presentaban los impactos de bala a simple vista.
Según investigaciones de la Fiscalía, apenas se produjo el crimen los criminales remarcaron a varios animales de la estancia (entre 90 y 100 cabezas de ganado), los cuales fueron cargados en tres camiones.
Ramírez y los hermanos Vera Medina finalizaron la tarea el día viernes y llevaron los vehículos con destino a Belén, departamento de Concepción, donde cada animal fue vendido por G. 3.000.000. En total, los asesinos recaudaron G. 261.000.000 por la venta del ganado.
Las autoridades lograron recuperar con vida 86 de los animales remarcados y vendidos en Belén, que fueron llevados hasta la sede de la Rural Regional S.A. de Concepción para su resguardo.
Por otro lado, el fiscal Celso Morales manifestó que se investigará si los puestos de control del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) verificaron correctamente las cabezas de ganado robadas en la estancia del Chaco.
Durante la noche del viernes, E.D.V., pareja Vicente Ramírez, se fue de la estancia Taguató junto con sus dos hijos en un vehículo de flete. Antes de partir se llevó varios objetos de valor.
La mujer es sindicada como cómplice por las autoridades, ya que supuestamente tuvo conocimiento del crimen y del robo del ganado, siempre de acuerdo a las primeras averiguaciones.
Un informante reveló que el capataz de la hacienda se estaba refugiando con su familia en un inquilinato ubicado en la ciudad de San Lorenzo, del departamento Central. Por ese motivo, el domingo en horas de la mañana se impartió una orden judicial para allanar la vivienda.
Sin embargo, antes de que lleguen las autoridades Vicente Ramírez y su familia intentaron darse a la fuga a bordo de un taxi, momento en el que fueron detenidos. Durante el allanamiento se encontraron las armas utilizadas en el crimen y se incautaron objetos que son claves para la investigación, como una montura para caballos, documentos, vainillas servidas y otros.
Según confirmó el organismo estatal, con los operativos realizados se desbarató una importante banda criminal que se dedicaba al robo y venta de ganado, por lo que este caso está prácticamente cerrado.
Por el crimen de la familia en Boquerón están detenidos actualmente Vicente Ramírez Acosta, de 40 años, Carlos Leonor Vera Medina, de 34 años, y su hermano José Ramón Vera Medina.
También están sindicados como cómplices la pareja del capataz, E.D.V.; Hugo Penayo y Alberto Chamorro (choferes de los camiones que trasladaron a los animales); Cesáreo Antonio Duarte Galeano (quien supuestamente gestionó su marca para las guías de traslado de los vacunos) y E.R.D.Y., ex concubino de la esposa del capataz, quien estaba tratando de conseguir un nuevo chip para la pareja.
Luego, fueron cayendo más personas, incluso un veterinario, identificado como Juan Casimiro Galeano Núñez, quien sería el cerebro de la organización que merca con el abigeato.
Rebeca Benítez es esposa de Carlos Vera Medina, uno de los sospechosos del cuádruple homicidio ocurrido en el Chaco. La mujer, de profesión veterinaria, dijo que su pareja no puede ser culpable ya que en ese momento se encontraba muy lejos de la estancia donde ocurrió el asesinato.
“No es así como dice la Fiscalía, porque esta gente, supuestamente murió el martes y él (Carlos) no pudo haber estado ahí porque estaba por Cruce Pioneros y es una distancia muy lejana a la estancia”, declaró a radio Monumental 1080 AM.
Fiscal Héctor Velázquez, que lleva el caso del cuádruple homicidio, registrado en Mariscal Estigarribia, Chaco reveló que el capataz admitió ser el autor material del crimen.
Esto se convirtió en un giro inesperado dentro de las averiguaciones iniciales.
De acuerdo a los relatos del agente del Ministerio Público, el capataz Vicente Ramírez, reconoció durante una indagatoria, que asesinó al matrimonio Ayala y a sus nietos.
Ramírez confesó ante el fiscal que primero disparó a su patrón, el dueño de la estancia, Alcibiades Desiderio Ayala Coronel, de 71 años, luego a su esposa Francisca Nidia Núñez Romero, de 71 años.
Reveló además que posteriormente ejecutó a los nietos del matrimonio, un niño de 10 años y una niña de ocho años.
En tanto que, de acuerdo a la confesión del capataz, los hermanos José Rosa Vera Medina, de 39 años, y Carlos Leonor Vera Medina, de 34 años, no fueron autores de ningún disparo.
El fiscal acotó que, de igual manera, siguen siendo investigados, pero no se encontró nada que los vincule en el lugar del crimen.
Los hermanos están sindicados como autores del robo del ganado y se encuentran en condición de cómplices.
Según el agente, los Vera Medina remarcaron, arrearon y alzaron el ganado a los camiones. Los mismos tienen antecedentes por abigeato.
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