Eran las últimas horas de la tarde cuando tres reos pertenecientes al Primer Comando Capital (PCC) se fugaron del penal de Itapúa y secuestraron al jefe de seguridad, Miguel Medina.
Tras una intensa persecución, tiroteos y varias horas de negociación, los mismos liberaron al rehén y volvieron al penal. Sin embargo, lo acontecido pone en alerta a las autoridades, quienes temen que esta ola de violencia se siga propagando en las cárceles de todo el Paraguay.
Aproximadamente a las 17:00 horas del jueves, tres reclusos identificados como Vicente Antonio Leiva, Walter Ayala y Yackson Danilson, se fugaron del Centro de Rehabilitación Social (Cereso) ubicado en Cambyretá (Itapúa), en el departamento de Encarnación.
Según información de la prensa, los mismos huyeron del lugar a bordo de un vehículo particular en medio de un intenso tiroteo con agentes de seguridad del recinto.
Los reclusos huyeron llevando consigo al jefe de seguridad del Cereso, Miguel Medina, a quien mantuvieron en cautiverio durante varias horas.
Cabe señalar que uno de los delincuentes, Walter Ayala, está vinculado al asesinato de un guardiacárcel del penal de Tacumbú y de su hijo, ocurrido en agosto de 2016. Según reportes, el agente de seguridad denunció un supuesto plan de fuga masivo de la organización del narcotraficante brasileño Jarvis Chimenes Pavão y fue asesinado en señal de venganza.
Varios incidentes con otros presos se registraron dentro del penal de Itapúa e incluso uno de ellos tomó contacto con la prensa.
Un supuesto miembro del PCC, que dijo estar hablando desde la penitenciaría, advirtió en Radio Encarnación que él y los suyos tenían en su poder “un C4”, un poderoso explosivo plástico de uso bélico.
“Si a nosotros nos pasa algo la penitenciaria explota…muchos inocentes van a morir”, amenazó el supuesto delincuente.
Mientras algunos miembros del PCC se amotinaron en el Cereso, la persecución de los tres fugitivos continuaba en medio de un intenso operativo policial. Los mismos aún mantenían a Miguel Medina en su poder y pusieron altas exigencias a las autoridades para su liberación.
Además de solicitar la presencia de los medios de prensa, vehículos particulares y hasta patrulleras, los delincuentes amenazaron en todo momento con matar al jefe de seguridad y hacer explotar el penal ubicado en Encarnación.
“Están en Cambyreta, tenemos rodeado al vehículo y están amenazando con disparar”, había indicado a Radio Ñandutí el subcomisario Julio Cáceres. Fue así que con el correr de las horas y al verse rodeados por personal de la Policía Nacional, los delincuentes desistieron del plan de fuga y comenzaron a negociar con las autoridades.
Aunque en principio el negociador era el propio secuestrado, el comisario Germán Real tomó el control de la situación y comenzó a tratar directamente con los reclusos. Luego de tres horas, finalmente decidieron regresar al penal y liberar al guardiacárcel, quien no recibió ningún tipo de lesión.
No obstante, el diario UH informó que en penal de Itapúa tres personas resultaron heridas tras el motín. Uno de ellos es el subjefe de seguridad, Juan Chaparro, quien permanece internado en un centro médico por una herida de bala en el pecho.
Tras lo ocurrido en el Centro de Rehabilitación Social, testigos y protagonistas relataron los momentos de tensión que vivieron durante la fuga.
“Nunca estuve en una situación así, fue un momento de mucha adrenalina, hubo mucha tensión, pero al mismo tiempo de mucha satisfacción profesional”, comentó Hernán Schuldhaus, un periodista de Itapúa Noticias que estuvo transmitiendo en vivo todo lo que ocurría en Encarnación.
Por su parte, el comisario Germán Real comentó que al comienzo la conversación con los fugitivos era muy tensa, y fue necesario crear un “círculo de confianza” para seguir con las negociaciones sin que nadie resultara herido. “La negociación de ‘me das esto y te doy aquello’ funcionaba mejor”, manifestó el uniformado en ABC TV.
El ministro de Justicia, Julio Javer Ríos, indicó que su cartera ya temía este tipo de situaciones debido a la falta de recursos, y solicitó más apoyo para reforzar las cárceles de todo el país.
“Estamos lidiando con la organización más peligrosa de Sudamérica con elementos del siglo pasado, con penitenciarías del siglo pasado, y estas personas tienen elementos de este siglo”, expresó ante los medios de prensa en cuanto a la lucha que encabeza contra la organización criminal PCC.
No obstante, el ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, defendió el actuar de la Policía Nacional durante el procedimiento; aseguró que gracias a los uniformados se pudo salvar al rehén y convencer a los fugitivos de que regresen al penal.
Ante las críticas por el tiempo que tomó negociar con los delincuentes, el titular de la cartera manifestó ante la prensa que existe un protocolo general para estos casos, el cual establece un uso “racional” de las fuerzas de seguridad. Señaló además que la policía estaba dividida por una reciente visita del presidente Mario Abdo Benítez a esa zona del país, y era “absolutamente imposible” cubrir todo el territorio.
Al mismo tiempo que comenzaban los incidentes en el Cereso, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, se encontraba en Encarnación inaugurando las mejoras realizadas en la Unidad de Salud de la Familia (USF) de Naranjito.
Y si bien hasta el momento no se manifestó públicamente sobre lo ocurrido en el Centro de Rehabilitación Social, el ministro Ríos asegura que cuenta con el respaldo total del Jefe de Estado en este tipo de situaciones.
Julio Javier Ríos también señalo que la presencia del Primer Comando Capital en Paraguay es un “problema real”, ya que existen al menos 400 “soldados” de esta banda criminal distribuidos en todos los penales del país.
Específicamente en Itapúa, guardan reclusión 92 personas vinculadas a la mencionada organización brasileña, la cual se dedica principalmente al tráfico de drogas.
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