Tras el recientemente fallecimiento de Aníbal Lindstron, hermano del ganadero asesinado, una vez más la familia reclama mayor seguridad a las fuerzas públicas y espera que la Justicia paraguaya castigue finalmente a los criminales.
El 31 de julio del año 2008, el ganadero y exintendente de Tacuatí, Luis Lindstron, fue secuestrado por el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) en su estancia llamada “La Brasilerita” ubicada en Kurusu de Hierro, departamento de Concepción.
El empresario permaneció en cautiverio durante 40 días, mientras los familiares negociaban su liberación y el caso tomaba notoriedad en los medios.
Luis Lindstron fue liberado el 12 de septiembre de ese mismo año en un lugar conocido como Calle 7, en Horqueta, luego de que los familiares pagaran por su rescate la millonaria suma de USD 130.000.
El hombre regresó con su familia sano y salvo, sin embargo, lo que parecía ser el fin de una historia de terror para la familia Lindstron, recién era el comienzo de una serie amenazas y persecuciones que sufrirían por parte del EPP.
Cinco años después de su secuestro, el 31 de mayo del 2013 Luis Lindstron fue ultimado por miembros del EPP en un camino de la estancia «Paso Itá» de Tacuatí, donde arrendaba un predio para la elaboración de carbón. El empresario tenía 63 años.
Era un viernes a tempranas horas, cuando el ganadero viajó hasta la estancia ubicada en San Pedro, la cual es propiedad de la empresaria Marys Llorens. Cuando se estaba retirando a bordo de su camioneta tomó un camino vecinal con destino a la ciudad, pero fue emboscado por un grupo armado que atacó el vehículo a balazos.
Herido de muerte, Luis Lindstron perdió el control del rodado e intentó huir a pie, pero rápidamente fue alcanzado por los criminales, quienes con un tiro de gracia en la cabeza acabaron con su vida.
En el año 2015, un Tribunal de Sentencia de Concepción condenó a dos mujeres que, según los magistrados, colaboraron en la logística del asesinato de Luis Lindstrom.
Se trata de Rumilda Estela Giménez González, una licenciada en Obstetricia oriunda de Horqueta, que fue condenada a 4 años y 6 meses de cárcel por Asociación Criminal, pena que debe cumplir en el penal regional de Concepción.
Por la misma causa fue condenada Juana Bernal Maíz, de profesión empleada doméstica, a 4 años cárcel en la Penitenciaría Regional de Pedro Juan Caballero.
La Justicia determinó que ambas mujeres tuvieron contacto con los miembros activos del EPP a través de comunicaciones telefónicas. Pero, según Florencio Díaz, defensor de Rumilda Giménez, la sentencia fue solo un “fallo político-corporativo” para evitar el desprestigio del Ministerio Público, que poco y nada pudo hacer para aclarar el crimen del ganadero.
El calvario para la familia Lindstron no terminó con la muerte del ganadero. Según denunció su hermano Aníbal Lindstron en el año 2017, él y los suyos seguían siendo víctimas del EPP, pero las autoridades poco y nada hacían para protegerlos.
El hombre detalló ante la prensa que fue asaltado en su vivienda, donde lo golpearon y le robaron una gran cantidad de dinero, mientras sus agresores lo amenazaban diciendo que “él sabía” de donde partía la agresión y que era mejor que “haga silencio”. Aunque el caso fue denunciado en la Fiscalía, Aníbal Lindstron manifestó que “nadie hizo nada”.
Pese a las constantes amenazas del EPP, Aníbal Lindstron aseguraba no sentir miedo, ya que creía que no correría la misma suerte que su hermano Luis.
“No tengo miedo de ellos (del EPP), creo en Dios y no pienso que quieran hacerme lo mismo que le hicieron a mi hermano”, expresó en el programa AAM. Según comentó en aquella ocasión, los miembros del EPP “Están en todas partes, en los bancos, en las financieras, en la iglesia, y su propósito es llegar a la política”, afirmó.
Además, aseguró que el grupo criminal no vive en el monte como se hace ver ante la prensa: “Viven en sus casas 28 días (del mes) y luego van al monte para filmar o hacer algo de trámite, pero todos saben dónde están y nadie hace nada”, aseguró.
La familia Lindstron tuvo una activa participación durante la campaña Ni un dólar para el secuestro, que se realizó cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) trató la demanda de Juan Arrom y Anuncio Martí contra el Estado paraguayo, por un supuesto caso de tortura y secuestro ocurrido en el 2002.
Los demandantes, quienes acaban de viajar a Finlandia en calidad de refugiados, son ex integrantes del Partido Patria Libre, vinculado a los inicios del grupo armado EPP.
Tras años de vivir bajo las amenazas del EPP, Aníbal Lindstron falleció a causa de un infarto en la madrugada del lunes 7 de octubre. El empresario se encontraba en su vivienda ubicada la ciudad de Campo 9, Departamento de Caaguazú, cuando se constató su deceso.
“Aníbal se salvó en dos oportunidades y vivía mal, no podía respirar, vivía amenazado”, manifestó en contacto con Radio 1000 Ramón Lindstron, hermano de Aníbal y Luis. Los restos del ganadero fueron velados en la Iglesia San José de la mencionada comunidad.
Ramón Lindstron manifestó que, desde el secuestro y posterior asesinato de su hermano Luis, toda la familia vive en zozobra bajo las amenazas del EPP.
“Tenemos que vivir bajo cuidados, bajo la amenaza. Yo particularmente no puedo hablar demasiado porque tengo gente en la zona de influencia, y esa gente cobarde no va a venir a asesinarme a mí necesariamente, sino a los más allegados, a las hijas de Luis, ahora que quedamos solamente dos hermanos”, dijo en Radio 1000 AM.
Los años pasan, pero la familia Lindstron sigue viviendo a flor de piel las amenazas del grupo armado y es por eso que evitan al máximo dar detalles de su situación actual.
En febrero del 2017, un jueza de Curuguaty aprobó un amparo constitucional promovido por las tres hijas de Luis Lindstron contra uno de sus primos, quien escribió un libro sobre las negociaciones con el EPP durante el secuestro del ganadero.
Hans Lindstrom, sobrino del secuestrado y autor del libro “El precio de la vida”, relata en su obra los pormenores del rescate del ganadero, del cual él también fue partícipe.
Sin embargo, Amalia, Silvia y Luisa, hijas del fallecido Luis Lindstron, argumentan que la obra de su primo Hans revela detalles muy íntimos del caso y podría ser considerado “una agresión directa” por los miembros del EPP.
Aunque la magistrada prohibió la publicación del material, el mismo se encuentra disponible en una plataforma internacional digital y se puede leer en internet.
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