El programa Algo Anda Mal (AAM), de Noticias Paraguay, se encuentra abordando lo relacionado a la enseñanza de medicina en universidades privadas.
Filártiga es considerado una eminencia en el ámbito de la salud y con el Dr. Antonio Cubilla hablaron con el programa sobre la educación a nivel terciario.
En el caso del exdirector del Hospital del Trauma, aseguró que muchos estudiantes ni saben usar cubiertos y que el aprendizaje se debe dar al lado de la cama del paciente.
“El control falla y eso es lo que da una balcanización, como le llamo yo, de las universidades y de la educación terciaria, que tienen un solo objetivo que es el lucro que es el causante de todos estos problemas”, manifestó sobre la proliferación de casas de estudio.
“El acceso a la universidad debería ser amplio, todos tendrían que tener las mismas posibilidades, pero el egreso debería de ser mucho más selectivo”, comenzó diciendo.
“No podemos estar sacando médicos sin ningún control y eso viene de lejos una defiende educación primaria y secundaria que ya pone en desigualdad al interior y a la capital en las posibilidades del examen de ingreso. Por ejemplo, después quedan 900 chicos que quieren ser médicos y que no pasaron el examen de ingreso. Así comenzó esto, cuando más candidatos hubo para la Universidad Nacional (UNA), y más quedaban afuera, y tenían que ir al extranjero, alguien con ojos empresariales vio que ahí estaba el paquete interesante y tenemos que hacer algo para captar eso y cobrar”, explicó sobre cómo comenzó el incremento de las universidades.
La “Ley Marcos”, del senador Juan Manuel Marcos, fue el factor detonante de la proliferación de universidades, ya que se creaban carreras con una firma y nadie controlaba.
“Esa balcanización de la educación terciaria se produce después de la ley Marcos y entre el 2006 y 2008, el 75% de las universidades son creadas en ese lapso a raíz de la ley Marcos. 75% de las universidades e instituciones del presente”, manifestó.
“La medicina se aprende al costado de la cama del paciente”, comenzó diciendo acerca de cómo debe ser la enseñanza.
“Hoy el número ilimitado de estudiantes que llegan mal formados porque no tienen práctica hospitalaria, contacto con el paciente, hace que la medicina sea una medicina deshumanizada”, atizó.
“Llega el paciente y antes de preguntarle el nombre están pidiendo una ecografía o antes de saber qué le pasa o preguntarle dónde le duele le están sacando sangre para hacer un análisis (…). Lo que se perdió al masificarse, porque ese es el término se masificó la producción de médicos y de estudiantes, hizo que ese tutelaje, esa relación casi artesanal del padre carpintero al hijo carpintero, cómo se hace una silla, yo la tuve con mis maestros en cirugía”, narró.
“Yo estuve 10 años como jefe de cirugía y tuve la posibilidad de tener una relación buena con los estudiantes y poder enseñarles muchas cosas como yo aprendí. Incluso sentarme a almorzar con ellos y decirle cómo se usan los cubiertos porque ni eso muchos saben porque desapareció la educación de la familia, pero yo creo que la masificación hizo que nos llegue materia prima muy deficiente”, dejó en claro de acuerdo a su posición.
“El problema acá es que no hay control, es un big bang, cada uno hace lo que quiere, divide y crea facultades y nadie les controla porque la habilitación por el Consejo Nacional de Educación Superior (Cones) no cuenta porque no es válida esa institución, esa institución está mal conformada”, comenzó asegurando.
Según él, titulares de universidades y estudiantes no pueden ser parte del Cones, pero sí el ministro de Educación y el titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
“Ellos habilitan y después le tiran la pelota a la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Aneaes)”, expresó sobre lo que hoy en día hace el Cones.
“La Aneaes tiene una plantilla que vos vas marcando, ‘tiene no tiene (…)’. Cumplís los requisitos, pero Aneaes no se preocupa en investigar la excelencia de cada uno de esos requisitos”, dijo.
“Hay decanos que hace cinco años se recibieron de médicos no sabemos ni qué trayectoria académica tienen, son decanos porque tienen relación con algún político que es dueño de la universidad o algún pariente que puso la plata lo que sea (…). La Aneaes no cumple con el control”, atizó.
“A mí cuando dejé de ser decano de la Facultad de Medicina de la UNA, dos universidades privadas, me hablaron, me ofrecieron G. 30 millones mensuales por ir nada más que ‘ocho horas doctor usted tiene que venir semanalmente, dos horas por día suficiente’”, aseguró.
“Lo que querían era mi nombre, para poner decano fulano, estuvo en la UNA y ahora está con nosotros, pero en realidad yo no iba a decidir probablemente nada. Desde luego que les dije que no, pero por una cuestión de principios y de filosofía, porque yo no estoy de acuerdo con estas universidades, así como están concebidas”, dejó en claro.
“En Madrid hay 5 mil taxistas que son médicos. En todo el mundo hay un exceso en formación en cuanto a puestos disponibles”, sostuvo sobre que con estudiar una carrera no es suficiente hoy en día.
El Ministerio de Salud debería, no sé por qué mecanismo (…), habilitar y decir ‘estos están certificados por el ministerio, estos no están’. Entonces la gente prefiere contratar, asistir, ser operado por esa gente y el que no lo hizo porque no pasó ese examen se tendrá que contentar con hacer otra cosa o cargos menores en la medicina”, indicó sobre una posible salida para mejorar la calidad de los profesionales.
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