Lourdes Ostertag, psicóloga clínica especializada en violencia de género, habló en el programa Algo Anda Mal (AAM) sobre los últimos casos de feminicidio registrados en el país y cuáles son las características más comunes que presentan los agresores.
Además, resaltó la importancia de la educación para generar conciencia sobre la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
La Lic. Ostertag comentó que en la cultura paraguaya está normalizado cuestionar a las mujeres cuando son víctimas de violencia de género, en vez de analizar los factores que la llevan a sufrir una situación de violencia.
“Eso de querer culpabilizar a la mujer es de toda la vida. A la mujer víctima de violencia se la investiga sobre qué conducta moral tenía o en qué andaba, para ver si de alguna forma se puede justificar el hecho de que ella esté siendo agredida por su pareja”, comentó la profesional.
Para Ostertag, la población masculina recibe una educación en donde se les convence de que son ellos quienes deben tomar las decisiones, mientras que las mujeres solo deben obedecer y están sometidas al “poder del varón”.
“No te olvides que son los varones los que dominan el mundo, los que toman las decisiones de ir a la guerra, los que violan a otros hombres, los que maltratan a las mujeres. De alguna manera tienen que estar probando constantemente su masculinidad. Esa exigencia de la sociedad tampoco les permite buscar ayuda, el hombre ni se va al médico”, agregó la psicóloga.
“El hombre lógicamente tiene que buscar ayuda psicológica, tiene que darse cuenta de que no está procediendo de la manera correcta, no es correcto maltratar física y psicológicamente a una mujer, pero eso de motu proprio no va a ocurrir”, expresó.
La especialista comentó que se está trabajando sobre el concepto de “nuevas masculinidades” como una forma de reeducar a los hombres con valores como la igualdad y el respeto hacia las mujeres.
“La terapia del hombre es como una reeducación en una nueva forma de masculinidad, lo que nosotros le estamos llamando nuevas masculinidades”, manifestó.
Según la profesional, el hombre “no va a ser menos hombre por dialogar con su pareja si tienen un conflicto por ejemplo, y no querer imponer él su voluntad y ella un nivel de subordinación”, explicó.
Ostertag, quien lleva años de experiencia en la materia, comentó que los casos de violencia de género se dan a cualquier edad y en todos los estratos sociales.
Aunque popularmente se cree que la mayoría de la víctimas son personas jóvenes, lo cierto es que muchas de ellas son “mujeres adultas, madres y profesionales”.
“Te estoy hablando de señoras incluso de 60, 70, 80 años viviendo esto, chicas que llegan a su trabajo y tienen que hacerse una selfie para mandarle al hombre y que vean que están en su trabajo”, detalló la profesional.
Muchas víctimas de maltrato son cuestionadas por no denunciar el hecho ante las autoridades. Al respecto, Ostertag comentó que existen una serie de factores por los cuales muchas mujeres no se animan a hacerlo.
“Ella no le va a denunciar a un extraño, le va a denunciar a su pareja sentimental, probablemente al padre de sus hijos, al que probablemente es el sostén de la casa. No es denunciar a un motochorro o un ladrón que entró en el patio, ella le está denunciando al hombre de su vida, entonces tampoco eso es fácil”, explicó.
La psicóloga afirmó que los medios de comunicación deben informar sobre los casos de violencia de género de forma “cuidadosa y contundente”. Como ejemplo citó el caso de Adolfo Trotte, miembro de la barra de Olimpia condenado a 40 años de prisión por el asesinato de su esposa.
“El caso Trotte fue muy mediático (…) en el feminicidio también hay un tema de copiar el modelo. La cantidad de pacientes que me mencionaron que el agresor le decía ‘mirá que si Trotte hizo yo voy a hacer también’”, relató la profesional.
Muchos casos de feminicidio han sido relacionados al abuso de sustancias como el alchol u otras drogas que podrían afectar a la conducta del agresor.
Sin embargo, Ostertag asegura que el consumo de sustancias no influye en los actos de un feminicida, ya que sus problemas son internos y no dependen de otros factores.
“Si yo digo que hay violencia de género porque hay drogas, porque hay un problema mental, porque hay alcohol, estoy agarrándome de los mitos”, aseguró.
“Las drogas no son la causa. Hay hechos de feminicidio donde no habían estos componentes y siempre se adjudicó que la conducta del feminicida es a causa del alcohol, de las drogas o de una enfermedad mental”, agregó la profesional.
En el caso de los hombres que se quitan la vida luego de matar a una mujer, Ostertag comentó que se trata de los “feminicidas suicidas”, quienes perpetran el crimen en un espacio íntimo, generalmente hacia sus parejas o exparejas.
“Muchos atribuyen a que es por culpa y por temor a las consecuencias legales que va a implicar ir a la cárcel por ejemplo. Pero fundamentalmente, como el hombre se siente dueño del cuerpo, del tiempo, de las decisiones y de la vida de la mujer, al matarla lo que él pierde es el objeto de su obsesión, de su pertenencia”, explicó la experta.
Según cifras oficiales del Observatorio de la Mujer del Ministerio de la Mujer, durante el 2017 se registraron 53 feminicidios, mientras que en el 2018 los casos ascendieron a 59. Hasta noviembre del 2019, ya se registraron 30 nuevos casos.
Por otro lado, los menores de edad que quedaron huérfanos tras la muerte de sus madres fueron 137 en total durante los últimos tres años. Pese a los numerosos crímenes perpetrados por violencia de género, hasta el momento solo se dictaminaron 12 condenas desde el 2018 hasta el 2019.
Además de las políticas públicas que buscan el resguardo de las mujeres víctimas de violencia, la Licenciada Ostertag instó a cambiar la educación en las escuelas para prevenir nuevos casos y enseñar a los niños a respetar a las mujeres en igualdad de derechos.
“La violencia de género es un problema de hombres, no un problema de mujeres. A nosotras nos viven enseñando para cuidarnos, para no ser violadas, para no ser maltratadas, ¿pero quién trabaja con los hombres?”.
“Inclusive desde la niñez, con mallas curriculares promoviendo la igualdad y que ambos tienen los mismos derechos y obligaciones. La prevención solo va a ocurrir cuando los hombres dejen de maltratar y dejen de matar”, afirmó Ostertag.
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