El fastidioso pedido de canjes de los influencers

En los últimos años el rol del influencer es muy notorio en redes, personas que usan sus redes para vender productos, a cambio de pagos o canjes. La importancia del infuencer comenzó a cobrar notoriedad con la intención de muchas empresas de tener una mayor llegada, y directa, con el consumidor. El trabajo consiste en que el influencer, que no es otra cosa que una persona célebre en redes con muchos seguidores, busque la forma mediante videos y fotos hacer que el posible cliente tome el producto con mayor rapidez de su mano.

Así, en el escenario local, han salido una buena cantidad de influencer con muchas marcas apostando a su figura, como el caso de Pupa Careaga, que mediante sus redes promociona moda, viajes y muchos otros productos, sobre todo en su cuenta de Instagram, donde tiene más de 43 mil seguidores. También Paola Revelli se ha mostrado como influencer promocionando una serie de productos y viajes con videos y fotos.

La periodista Patricia Vargas publicó una crítica ante la forma de manejarse de ciertos influencers.

Pero en el ambiente, no todo es “color de rosa”, ya que en los últimos años también han aparecido personas comprando seguidores, detalle que en más de un caso, es pasado por alto por gerentes de marcas y caen en lo que muchos consideran una “estafa”. Los seguidores comprados en la mayoría de los casos o son de sitios lejanos o simplemente son cuentas sin actividad creadas únicamente para venderlas. Esto fue demostrado en octubre de 2017, con el equipo de una agencia española, H2H (Human To Human), donde se creó un perfil de una falsa influencer, usando a una actriz; Almudena Ripamonti y creando la cuenta @almu_ripamonti, que hasta ahora ella la mantiene, ya con otras formas. Durante 4 meses se le hizo creer a varias empresas que era una influencer, logrando de forma sencilla, miles de canjes con restaurantes y todo tipo de marcas.

El atleta Oscar Daniel Salina, recordó casos de influencers que intentaron pasarse de vivos para tener gimnasio gratis.

Pero claro, no todo tiene vida eterna. Cuando muchas marcas comenzaron a detectar estas maniobras, optaron por reducir los célebres canjes e investigar más a los influencer. La realidad con que se toparon muchos es que el mercado estaba algo “bastardeado”, con varios autodefinidos como “influencer” que siguen insistiendo en obtener los canjes. La periodista Patricia Vargas, hizo referencia recientemente al tema en un tuit.

“Algunos «influencers» deben saber que cuando piden un servicio/producto no pueden esperar que llegue el momento del pago para decir: «Te puedo pagar pero mencionando tu producto en mis redes, no con efectivo». ¿Qué les pasa por la cabeza para decidir unilateralmente como van a pagar?”.

Captura de un chat donde un «autodefinido influencer» busca obtener gimnasio gratis.

En otro tuit, Carlos Gauto, que trabaja en marketing y diseño gráfico, expuso: “Hoy un ‘influencer’ me pidió un laburazo y al final de la reunión (larguísima) pide para pagar casi todo “compartiendo en sus redes sobre Mongarú. Qué manera de desperdiciar mi tiempo, avisa na antes”.

Enseguida, otro sujeto le respondió: A mí una vez me dijeron que si me podían pagarme un par de módulos que estaba haciendo para una web, con canje de Adidas. Y yo tipo: ehh, mi préstamo no se paga con remeras. No”.

El atleta Oscar Daniel Salina, dueño de un gimnasio, en conversación con rdn, relató que ya vivió cosas parecidas.

“Una modelo que actualmente sigue trabajando, ahora ya tiene todo el espacio que necesitaba en ese entonces, me había dicho en su momento, que era modelo conocida y que necesitaba gimnasio gratis y entrenador y que me iba a hacer el favor de promocionar el gimnasio y mi trabajo”, explicó. “Y no acepté, porque en mi gimnasio van personas que tienen canjes, pero yo elijo en base a lo que me funciona”, alegó.

“Después fue un periodista, pero ése me encaró bastante mal, me propone lo mismo, pero me dice que ese era el negocio ahora y que me iba a venir bien tener una figura pública en el gimnasio. Tampoco le acepté. Pero el más llamativo fue éste muchacho ‘atajacartera’, Antonio creo que se llama. Que solía manejarse con personas conocidas pero al tipo nadie le registraba”, relató.

Dos anécdotas de pedidos de canjes de «influencers».

“Vino un día a decirme que él era muy conocido y que tenía una masa de gente en las redes y que el gimnasio le quedaba de paso. Muchos no saben encarar a la hora de pedir canje, sé que es un negocio, tengo amigos que lo hacen y les sale súper bien, pero una empresa buscan una imagen acorde a la empresa para poder publicitar sus negocios, yo tengo gente que paga al gimnasio y los que me hacen propaganda, figuras que se dedican al fitness, al deporte, a ellos sí le podés dar. Pero había gente que nada que ver, veía y quería gratis nomás”.

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