J.K. Rowling devuelve premio y cuestiona ausencia de debate

La escritora J.K. Rowling, autora de la célebre saga literaria Harry Potter, optó por devolver el premio Ripple of Hope que recibió el año pasado de la organización Robert F. Kennedy Human Rights (RFKHR). Este mismo premio lo han recibido figuras como Barack Obama, Joe Biden y el arzobispo Desmond Tutu, todos enmarcados en compromisos sociales.

El caso de Rowling es por haber trabajado con una organización benéfica para niños. La decisión de la autora se debe a los comentarios de Kerry Kennedy, presidenta de la organización y nieta de Robert F. Kennedy que criticó a la escritora por haber cuestionado los conceptos de identidad de género al ironizar un artículo en una revista que decía: “Personas que menstrúan”. La autora escribió en Twiter:

“Las personas que menstrúan. Estoy segura de que solía haber una palabra para esas personas. Alguien que me ayude. Wumben? Wimpund? Woomud?”, dijo irónicamente refiriéndose a la palabra women, en inglés. “Opinión: Crear un mundo post-COVID-19 más igualitario para las personas que menstrúan”, alegó.

A comienzo de este mes, Kennedy señaló que los tweets y opiniones de Rowling sobre la identidad de género fueron transfóbicos, según la revista The Hollywood Reporter. Señaló incluso que habló con ella manifestándole su “profunda decepción por haber elegido usar su notable don para crear una narrativa que disminuye la identidad de las personas trans y no binarias, socavando la validez e integridad de toda la comunidad transgénero”.

Rowling no tardó en responder de la forma inesperada; planteando devolver el premio Ripple of Hope, lamentando la falta de madurez del mismo a la hora de debatir y discrepando que “No hay conflicto entre el movimiento radical de derechos trans y los derechos de la mujer”, alegando que muchas mujeres se comunicaron con ella apoyándola.

“Médicos, académicos, terapeutas, profesores, trabajadores sociales, personal de prisiones y mujeres refugiadas también me contactaron”, continuó la escritora. “Estos profesionales, algunos al frente de sus organizaciones, han expresado sus preocupaciones sobre el impacto de la teoría de identidad de género en adolescentes vulnerables y los derechos de la mujer. Ninguno de ellos es transfóbico”, escribió, señalando además que las diferencias se resuelven dando más “matices” al debate”.

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