Astrid Poletti. Foto: Gentileza.
La empresaria Astrid Poletti denunció la violación de derechos constitucionales en dos fallos en los cuales le prohíben utilizar su nombre y apellido para la comercialización de joyas artesanales con la técnica de filigrana.
La misma sostuvo que se trata de una persecución contra el libre ejercicio del emprendedurismo y la libertad para realizar su arte exclusivo.
“Como mujer paraguaya, me siento invadida ante mis derechos humanos, como puede ser que me prohíban firmar productos artesanales hechos por mis propias manos, me considero una persona honesta, extremadamente trabajadora, persistente y no poder trabajar y progresar libremente me parece algo sumamente injusto. Después de haber vivido la mayor parte de mi vida fuera del país, volver a Paraguay fue una sorpresa sumamente grata porque nuestra gente me recibió muy bien por mi arte y la aceptación que tuvo en el exterior, nadie se merece este tipo de limitaciones, al hacer con pasión, sacrificio y esmero. Hoy no solo tengo la intención de compartir mi caminar con esta injusticia, sino el propósito de que ningún otro emprendedor se vea en una situación igual o parecida a la mía”, expresó.
Comentó que en el 2015 solicitó el registro de su marca en la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual, donde obtuvo los diversos registros de varias categorías en el 2017 y también cuenta con el registro de artesana del Instituto Paraguayo de Artesanía.
La jueza julia Alonso dio de manera rápida medidas cautelares de prohibición de uso de marca. El proceso llegó hasta las manos de la jueza de Noveno Turno, Mafalda Camerón, quien también en tiempo récord hizo lugar a la demanda de nulidad de registro de marcas promovida por la empresa Tondegold S.A. perteneciente a Cintya Poletti Torres de Pappalardo, hermana de Astrid.
La misma inició el trámite para prohibir usar su apellido, con la justificación de la existencia de confusión. La sentencia fue confirmada en segunda instancia por el Tribunal de Apelación integrado por Guido Cocco Samudio, Neri Villalba y Juan Carlos Paredes.
De esta manera, el caso actualmente se halla en la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, tras la acción de inconstitucionalidad presentada por la artesana.
“Ruego desde el fondo de mi corazón a los ministros de la Corte a devolverme mi nombre y apellido, para seguir trabajando libremente con mi propio arte y así seguir aportando a la cultura paraguaya, porque el perjuicio no es solo físico y psicológico, sino también atenta contra el libre ejercicio del trabajo como artesana nacional”, dijo.
Esta web usa cookies.