El biólogo Rodrigo Moura Neto trabaja en su laboratorio. Foto: AFP
En un laboratorio modesto dentro de una universidad en Río de Janeiro, el biólogo molecular Rodrigo Moura Neto trabaja con una planta de apariencia común, la “Trema micrantha blume”. Esta especie, originaria de las Américas y comúnmente considerada una maleza, esconde un secreto.
Recientemente, Moura Neto encontró que las flores y frutos de la planta contienen cannabidiol (CBD), un componente químico de la marihuana prometedor para tratar enfermedades como epilepsia, autismo, ansiedad y dolor crónico. Sorprendentemente, la planta no contiene tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto psicoactivo presente en el cannabis.
La ausencia de THC en esta planta común abre una puerta a una potencial revolución: una fuente abundante y novedosa de CBD sin recurrir al cannabis, que es ilegal en numerosos países. Esta revelación catapultó a Moura Neto, un amable investigador de 66 años, al centro de atención académica y empresarial, con una agenda llena de reuniones con expertos en patentes y empresas interesadas en el lucrativo mercado del CBD.
“El potencial es inmenso”, comenta Moura Neto, cuyo equipo recientemente ganó una subvención de 500,000 reales (aproximadamente US$ 104,000) para expandir su investigación. Ahora, exploran las mejores técnicas para extraer CBD de la Trema y estudian su eficacia como sustituto del cannabis para uso medicinal.
Sin embargo, muchos usos médicos del CBD aún están en investigación.
El CBD es objeto de debate en Brasil, donde muchos pacientes han recurrido a la justicia para su uso o han pagado precios exorbitantes por su importación. Aunque el cultivo de marihuana medicinal es ilegal en el país, se está considerando un proyecto de ley para cambiar esto.
El mercado de CBD, que alcanzó casi 5,000 millones de US$ en 2022, se proyecta para superar los 47,000 millones de US$ en 2028, impulsado principalmente por la demanda en salud y bienestar.
El descubrimiento de Moura Neto ha despertado «gran interés», según Rosane Silva, directora del laboratorio. Numerosas empresas están buscando colaborar en un potencial medicamento a base de CBD.
Aunque Moura Neto considera patentar los métodos de extracción de CBD de la planta, afirma que no hará lo mismo con la planta misma para permitir su estudio por la comunidad científica. Como genetista forense, empezó a investigar el CBD para ayudar a la policía a rastrear el origen de la marihuana incautada a través del análisis de ADN.
Hoy, esta planta común, perteneciente a la misma familia que el cannabis, podría convertirse en una fuente revolucionaria de CBD.
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