Dorothy Hoffner. Foto: La Vanguardia.
Dorothy Hoffner, una mujer que transitó a lo largo de más de un siglo, decidió a sus 104 años vivir una aventura que desafía la gravedad y las expectativas: saltar en paracaídas.
Este acto valiente no solo rompió el récord de la persona más anciana en aventurarse en tal hazaña, sino que también refleja una historia de vida que resalta la importancia de mantener el espíritu libre y la pasión por las nuevas experiencias.
Nacida en los tiempos de la gripe española y sobreviviendo la reciente pandemia de COVID-19, Hoffner parece tener un pacto con la vida para vivirla al máximo.
Con un precedente de salto en paracaídas a los 100 años, su deseo de volar una vez más refleja una tenacidad y curiosidad insaciables que desafían el paso del tiempo.
El día llegó, y con un cielo despejado, Hoffner se dirigía hacia la sede de Skydive Chicago. Dejando su bastón, abordó la avioneta que la llevaría a las alturas para luego descender en un vuelo libre que capturaría la atención y admiración de muchos.
Atada a un instructor, se lanzó al vacío, apreciando desde una perspectiva única las maravillas del mundo que se desplegaban bajo sus pies.
Al tocar tierra en Ottawa, Illinois, no solo completó un descenso exitoso, sino que también inscribió su nombre en las páginas de la historia.
El trasfondo de esta notable hazaña va más allá del récord Guinness. Encarna la travesía de una mujer que, pese a la adversidad y la vejez, decidió seguir explorando las maravillas de la vida, hallando en cada etapa nuevas amistades y experiencias enriquecedoras.
Tras el aterrizaje, mientras una multitud la felicitaba, Hoffner expresó la serenidad y alegría que sintió durante el descenso.
Pero su mente ya estaba en la próxima aventura, preguntándose sobre la cena que tendría esa noche. Un espíritu indomable, una vida llena de anécdotas, y un nuevo récord, la historia de Dorothy Hoffner nos invita a todos a vivir con valentía, sin importar la edad.
Fuente: Infobae.
Esta web usa cookies.