Un nuevo estudio arroja luz sobre la relación entre caminar y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Más que la cantidad de pasos, parece ser la velocidad a la que caminamos lo que marca la diferencia en la prevención de esta enfermedad.
El estudio, publicado en el British Journal of Sports Medicine, revela que caminar a un ritmo ligero puede estar relacionado con un riesgo casi un 40% menor de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro. Esto sugiere que no solo la actividad física, sino también la intensidad con la que la realizamos, desempeñan un papel fundamental en nuestra salud.
El Dr. Ahmad Jayedi, asistente de investigación en el Centro de Investigación sobre Determinantes Sociales de la Salud de la Universidad de Ciencias Médicas de Semnan en Irán y autor principal del estudio, señala que investigaciones anteriores ya habían asociado caminar con un menor riesgo de diabetes tipo 2 en la población general, pero no se habían explorado en profundidad las pautas de velocidad óptima en la caminata para reducir dicho riesgo.
Para este estudio, se revisaron 10 investigaciones previas realizadas entre 1999 y 2022 que evaluaron la relación entre la velocidad al caminar y el desarrollo de diabetes tipo 2 en adultos de Estados Unidos, Reino Unido y Japón. Los resultados son claros: aquellos que caminan a un ritmo más rápido tienen un menor riesgo de desarrollar la enfermedad.
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Una caminata sencilla o casual, definida como menos de 3,2 kilómetros por hora, se asoció con un riesgo mayor de diabetes tipo 2. Por otro lado, caminar a un ritmo “bastante rápido” o a zancadas mostró los mayores beneficios, con una reducción del riesgo del 39%.
El estudio no demuestra causalidad, pero sugiere que el ejercicio más vigoroso podría llevar a una mejor condición física, reducción de peso y, por lo tanto, menor riesgo de diabetes. Además, destaca la importancia de la intensidad en la prevención de esta enfermedad.
El Dr. Robert Gabbay, director científico y médico de la Asociación Estadounidense de Diabetes, señala que la capacidad de cuantificar la velocidad de la caminata y su incorporación en el análisis es interesante. La Dra. Carmen Cuthbertson, profesora asistente de educación y promoción de la salud en la Universidad de East Carolina, coincide en que la intensidad es clave para prevenir la diabetes y que la actividad física de mayor intensidad, como una caminata rápida, puede ofrecer mayores beneficios.
Sin embargo, es importante recordar que el estudio resalta la importancia de caminar en general. La mayoría de los estadounidenses no caminan lo suficiente, por lo que alentar a las personas a caminar, independientemente de la velocidad, sigue siendo fundamental para mejorar la salud.
Si deseás medir objetivamente tu ritmo de caminata, considerá usar un rastreador de actividad física a través de un reloj o una aplicación de teléfono inteligente. Esto te ayudará a mantener un ritmo adecuado. Si podés hablar con voz entrecortada pero no cantar mientras caminás, es probable que estés caminando a un ritmo rápido que puede ayudarte a reducir tu riesgo de diabetes tipo 2.
Fuente: CNN.
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