Violencia en la pareja. Foto: El siglo de Torreón.
Para combatir y prevenir la violencia de pareja, el Ministerio de la Mujer introdujo una herramienta pionera denominada “Violentómetro”. Esta iniciativa, que se destaca por su enfoque práctico y educativo, ofrece un método efectivo para identificar las distintas formas de violencia que a menudo permanecen ocultas o malinterpretadas en el ámbito de las relaciones personales.
El “Violentómetro” es una guía visual en forma de regla que clasifica y gradúa los diferentes tipos de violencia, desde las más sutiles hasta las más graves. Este instrumento didáctico es fundamental para reconocer a tiempo las señales de alarma y tomar medidas preventivas antes de que la situación escale a niveles más peligrosos.
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La violencia, definida como cualquier acto que pueda infligir daño físico, sexual o psicológico, es una realidad que muchas mujeres enfrentan en silencio. Detectar estos signos a tiempo es crucial para intervenir de manera oportuna y evitar consecuencias más severas. El “Violentómetro” es una respuesta a esta necesidad, facilitando la identificación de comportamientos violentos que suelen normalizarse o ignorarse en la vida cotidiana.
Dividido en tres niveles, representados por los colores amarillo, naranja y rojo, el “Violentómetro” simboliza un semáforo de la violencia. Cada color señala un incremento en la gravedad de los actos violentos, comenzando por comportamientos que pueden parecer inofensivos o ser minimizados, hasta llegar a los más extremos y peligrosos.
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Uno de los principales mensajes del Ministerio de la Mujer es desmitificar la creencia de que ciertos actos de control, invasión de privacidad o agresión física son expresiones de amor. Por el contrario, estas acciones son indicativos de una relación abusiva que, si no se aborda, puede desembocar en situaciones de riesgo vital.
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El “Violentómetro” no solo es una herramienta para las víctimas, sino también para la sociedad en su conjunto. Educar sobre las diferentes manifestaciones de violencia y cómo estas pueden escalar permite una mayor conciencia y rechazo hacia estas conductas. Además, promueve una cultura de respeto y equidad en las relaciones interpersonales.
Es imperativo reconocer que la violencia no se limita a agresiones físicas visibles, como golpes o abusos sexuales. El “Violentómetro” ilustra que la violencia doméstica comienza mucho antes, en comportamientos que aislan, controlan y desvalorizan a la persona. Identificar estos patrones desde sus etapas iniciales es esencial para prevenir su progresión y proteger la integridad de quienes pueden ser afectados.
Fuente: IP.
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