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Agricultores enfurecidos por transición ecológica de la UE y competencia de importaciones

Protestas de productores rurales se propagan en 25 de 27 países del bloque europeo, involucrando a 10 millones en el sector. Reclaman contra excesiva burocracia ambiental, bajos precios por ingreso irrestricto de alimentos extracomunitarios y falta de políticas de rentabilidad sectorial.

Imágenes de tractores ocupando las calles se han repetido estos días en distintas ciudades europeas. Foto: Getty

Multitudinarias protestas de agricultores europeos han estallado en 25 de los 27 países que conforman la Unión Europea (UE), congregando a unos 10 millones de trabajadores rurales, quienes denuncian una creciente precariedad económica por las políticas comunitarias.

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Los principales reclamos apuntan a la excesiva regulación ambiental, la competencia de importaciones externas y la ausencia de medidas para garantizar la rentabilidad del sector.

De acuerdo a la francesa Christiane Lambert, presidenta del Comité de Organizaciones Profesionales Agrícolas (COPA) y la Confederación General de Cooperativas Agrícolas (COGECA), los productores se encuentran “pesimistas y enfurecidos”. Esta situación los ha llevado incluso a bloquear capitales y enfrentarse con la policía.

Según explicó la dirigente gremial, también criadora de cerdos, la crisis se origina en una combinación de factores como la pandemia de coronavirus en 2020, el alza extraordinaria de precios energéticos y la guerra Rusia-Ucrania con sus disrupciones en cadenas de suministros.

Si bien la agricultura solo aporta un 1,4% del PIB europeo, su ascendiente político resulta enorme cuando los tractores obstruyen vías estratégicas a meses de las elecciones parlamentarias comunitarias. A continuación, tres claves del conflicto:

  1. Exceso regulatorio ambiental

Los productores alegan una sobrecarga burocrática y penalización injusta, en simultáneo a los intentos del bloque por reducir emisiones de carbono y avanzar hacia modelos más “verdes”.

La Comisión Europea (CE) procura disminuir en un 90% las emisiones para 2040 respecto a niveles de 2015. Esto motivó repliegues, como abandonar una propuesta para minorar a la mitad el empleo de pesticidas.

“La UE quiere liderar la transición ecológica, pero trata a los granjeros como el principal problema, ¿qué pasa con consumidores y supermercados?”, criticó Laura Demurtas del think tank Club Demeter.

  1. Importaciones sin control

El precio de venta siempre lo fija el comprador y puede optar por proveedores extranjeros sin restricciones europeas, protestó el agricultor español Joan Mata.

Productores de Polonia y Hungría tampoco consideran suficientes las barreras del bloque a alimentos más baratos desde Ucrania, anteriormente el cuarto exportador mundial de granos.

Manifestantes en Poznan culpaban a esos productos importados de hundir sus precios por debajo de los costes. “Mercancías entran sin control, queremos de inmediato restaurar aranceles previos a la guerra”, demandó Szymon Kosmalski.

  1. Reclamo de precios mínimos

En la India, los petitorios incluyen precios piso en mercados mayoristas estatales para colocar su cosecha y duplicar los ingresos agrarios, promesa incumplida del Gobierno que intentó reformas rechazadas con masivas movilizaciones en 2020.

Según el experto Patrick Schröder de Chatham House, grupos políticos pretenden capitalizar el descontento granjero para sus propias agendas, tanto de ultraderecha como negacionistas climáticos. Su colega Demurtas descarta esa “cooptación” y afirma se trata de una solidaridad contra medidas lesivas.

Fuente: BBC News Mundo