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La concejala de Lambaré, Osmayra Pereyra, ha sido incorporada a las filas del Partido Colorado, dejando atrás su pasado como miembro del Frente Guasu, nucleación política por la cual fue electa en las últimas elecciones. Este movimiento se suma a una tendencia creciente de opositores que se cambian de bando para unirse a la Asociación Nacional Republicana (ANR).
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La noticia fue anunciada por el propio partido de gobierno a través de sus redes sociales, donde se publicó una fotografía de Pereyra junto al titular de la ANR, Horacio Cartes, y otros destacados miembros colorados.
Este traspaso ha generado diversas reacciones en el ámbito político, pues la concejala había denunciado anteriormente supuestas persecuciones por parte del intendente lambareño, Guido González, quien ahora se convierte en su correligionario.
Pereyra no es la única figura opositora que ha optado por unirse al Partido Colorado en los últimos meses. Recientemente, Jacqueline Sachelaridi, ex miembro de la Juventud Liberal Radical Auténtica (JLRA), se afilió a la ANR, pasando de la principal oposición al partido en el poder.
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Asimismo, las senadoras electas por el partido Cruzada Nacional, Zenaida Delgado y Norma Aquino, alias Yamy Nal, también se sumaron a las filas coloradas, al igual que el senador Javier “Chaqueñito” Vera.
Este fenómeno no es nuevo en la política paraguaya, pues incluso el actual presidente de la República, Santiago Peña, militó anteriormente en las filas liberales antes de unirse al Partido Colorado en 2016 para mantenerse como ministro de Hacienda durante el gobierno de Horacio Cartes.
Estos movimientos políticos han generado críticas y cuestionamientos por parte de algunos sectores, quienes consideran que estos cambios de bando responden más a intereses personales que a convicciones ideológicas. No obstante, los involucrados alegan que buscan contribuir al desarrollo del país desde la fuerza política predominante.
En medio de esta dinámica, el Partido Colorado sigue consolidando su hegemonía en el escenario político nacional, atrayendo a figuras opositoras que, en un principio, manifestaban posturas contrarias. Esta situación plantea interrogantes sobre la verdadera representatividad de los partidos y la coherencia de sus miembros con los principios y valores que proclaman.
Fuente: Última Hora
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