La Plaza de los Desaparecidos, en Asunción, fue escenario hace dos semanas atrás de un acto que reavivó el debate sobre la memoria histórica en Paraguay. La funcionaria de la Cámara de Diputados, Vanessa Vázquez González, conocida por su postura cartista y su papel de hurrera, protagonizó un ataque directo a la obra “Tentáculos del Poder”, la cual expone los rostros que sostuvieron la dictadura de Alfredo Stroessner.
La obra busca mostrar con precisión los mecanismos de poder que permitieron a Stroessner perpetuarse durante 35 años, respaldado por figuras del Partido Colorado, las Fuerzas Armadas, el sistema represivo y sectores empresariales. Vázquez, lejos de respetar este espacio de reflexión, pisoteó la muestra, dañando parte de su contenido y desatando la indignación pública.
En un acto desafiante, Vázquez filmaba a los presentes mientras cuestionaba con ironía el significado de la obra. Testigos la confrontaron de forma pacífica, mientras denuncias y críticas comenzaron a circular en redes sociales. La comunicadora Liv Cáceres fue una de las primeras en alertar sobre el hecho, calificándolo como un atropello a la libertad de expresión.
Hola @vanev87 ¿Cuál es la necesidad de pisotear una obra, un proyecto para visibilizar a varios responsables de la dictadura?
Una vez más, «quien no conoce su historia está condenado a repetirla», esto no se hace.
Esto es un atropello a la libertad de expresión. pic.twitter.com/gQvqREFFkQ
— Ariel Basualdo (@aisman6) December 16, 2024
La obra “Tentáculos del Poder” no solo retrata el rostro de Stroessner, sino también el de hombres clave como Mario Abdo Benítez (padre), Sabino Montanaro y Pastor Coronel, quienes, desde distintas posiciones, sostuvieron el régimen dictatorial. La frase “quien no conoce su historia está condenado a repetirla” resuena con fuerza en el contexto del ataque, generando un rechazo generalizado en distintos sectores.
El accionar de Vanessa Vázquez, funcionaria contratada desde 2023 con un salario cuestionado por sus bonificaciones y privilegios laborales, expone además el clientelismo político dentro del Congreso Nacional. Vázquez habría sido nombrada por su cercanía con líderes de Honor Colorado, como Basilio “Bachi” Núñez y Rodrigo Gamarra.
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El episodio evidencia la fragilidad de los espacios de memoria y la persistencia de actitudes que buscan minimizar el impacto de la dictadura stronista. La indignación pública no se hizo esperar, exigiendo respeto por las obras que buscan recordar un período oscuro de la historia paraguaya.
A pesar de las denuncias y el debate generado, el silencio institucional sobre el actuar de la funcionaria aún persiste, dejando en claro que, en muchos casos, el clientelismo sigue amparando conductas inadmisibles. La obra “Tentáculos del Poder” continúa su misión: recordar para no repetir.
Fuente: ABC Color
