Dos años que niños dan clase bajo los árboles ante total indiferencia de las autoridades en Ybycuí. Foto: ABC Color.
El año 2024 dejó en evidencia las persistentes falencias del sistema educativo. Las clases bajo árboles, por la falta de aulas o espacios deteriorados, volvieron a ser una constante en varias escuelas públicas. Un ejemplo notable ocurrió en la escuela Nueva Asunción de Chaco’i, donde estudiantes concluyeron el año escolar al aire libre debido a la ausencia de infraestructura adecuada. Situaciones similares se registraron en Coronel Oviedo, afectando a cientos de niños del tercer ciclo de la Educación Básica.
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A esta problemática se suma el cuestionado programa de lectura Ñe’ery. Mientras el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) reportó avances en comprensión lectora, docentes denunciaron la falta de materiales didácticos y bibliotecas de aula. En muchos casos, el programa fue sostenido con recursos propios de los educadores, quienes criticaron la gestión del ministro Luis Ramírez por sus declaraciones controvertidas y la insuficiencia de apoyo estatal.
El programa Hambre Cero, implementado en agosto, también estuvo en el centro del debate. A pesar de ser una promesa del Gobierno para garantizar alimentación escolar, se identificaron graves fallas. Desde la entrega de frutas y verduras en mal estado en escuelas del Chaco hasta la exclusión de estudiantes de Central, el proyecto enfrentó constantes protestas. En Itauguá y San Lorenzo, familias recurrieron a ollas populares para suplir la falta de alimentos. Para el 2025, el plan no incluye a los estudiantes de la Educación Media, dejando a más de 400.000 jóvenes fuera de este beneficio.
Otro tema controversial fue la implementación del programa de Educación de la Afectividad y la Sexualidad en las Escuelas (EASE). Este plan, basado en los criticados libros de “12 Ciencias”, recibió cuestionamientos de docentes, estudiantes y organizaciones civiles. Entre las críticas principales se encuentran el contenido machista, anticientífico y con sesgo religioso, atribuido a presiones de grupos religiosos. A pesar de las objeciones, el MEC planea utilizar estos materiales en el nivel inicial y en los primeros grados de la Educación Básica a partir del 2025.
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El año cerró con una promesa gubernamental de mejorar la educación en el 2025, pero los desafíos estructurales y de gestión dejan dudas sobre la capacidad de abordar los problemas existentes.
Desde la falta de infraestructura hasta programas educativos y sociales deficientes, el panorama refleja una crisis que afecta directamente al futuro del país.
Fuente: ABC Color
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