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Paraguay conmemora 36 años del fin de la dictadura stronista

El 2 y 3 de febrero de 1989, el general Andrés Rodríguez lideró el movimiento militar que puso fin a 35 años de régimen stronista.

El derrocamiento de Alfredo Stroessner, que puso fin a 35 años de dictadura en Paraguay, se concretó entre la noche del 2 y la madrugada del 3 de febrero de 1989. La operación, liderada por el general Andrés Rodríguez, tuvo que adelantarse por información sobre la ubicación del dictador. Durante el enfrentamiento, los militares insurrectos utilizaron los nombres clave Carlos y Víctor para coordinar sus movimientos y enfrentar a las fuerzas leales al régimen.

El golpe, ejecutado desde el Comando de Institutos Militares, culminó cuando Rodríguez ordenó a sus tropas avanzar sobre la residencia presidencial. El general Lino Oviedo, con una granada en mano, obligó a Stroessner a firmar su renuncia a las 5:00 de la madrugada del 3 de febrero. La noticia se propagó rápidamente y la ciudadanía salió a las calles a celebrar el fin de una de las dictaduras más largas de Latinoamérica.

Durante su régimen, Stroessner centralizó el poder, utilizó el miedo como herramienta de control y persiguió a opositores mediante la Ley 294 de Defensa de la Democracia y el Operativo Cóndor. Su gobierno estuvo marcado por la censura, la represión y la violación sistemática de los derechos humanos. Uno de sus principales blancos fue la prensa, con la clausura de medios críticos como ABC Color, que reabrió recién el 22 de marzo de 1989.

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Tras el golpe, el 1 de mayo de 1989 se realizaron las primeras elecciones democráticas en 35 años. Andrés Rodríguez, candidato de la Asociación Nacional Republicana (ANR), obtuvo el 74% de los votos, venciendo a Domingo Laíno del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA). Su mandato culminó en 1993, cuando entregó el poder a un civil, consolidando el proceso democrático.

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La caída de Stroessner marcó un punto de inflexión en la historia paraguaya. En 1992, bajo el gobierno de Rodríguez, se sancionó la nueva Constitución Nacional, que estableció los principios democráticos que rigen hasta la actualidad. No obstante, las secuelas del régimen stronista aún persisten en diversas estructuras políticas y sociales del país.

El golpe del 2 y 3 de febrero de 1989 no solo puso fin a una dictadura, sino que dio paso a un proceso de transición que continúa hasta hoy. A 36 años del hecho, la memoria histórica sigue siendo clave para comprender el impacto de la dictadura y la importancia de la democracia en Paraguay.

Fuente:  ABC Color