En un avance significativo para la atención psicológica escolar, aproximadamente 4.500 estudiantes estadounidenses reciben actualmente asesoramiento psicológico a través de un sistema de inteligencia artificial llamado Sonny. Esta innovación tecnológica surge como respuesta a una necesidad crítica en el sistema educativo norteamericano, donde el 17% de las escuelas secundarias carecen de orientadores o psicólogos escolares, principalmente en zonas rurales y comunidades económicamente vulnerables.
La brecha asistencial y la promesa digital
La psicoterapia ha demostrado ser altamente efectiva para tratar diversos trastornos mentales y emocionales. Sin embargo, el principal desafío ha sido siempre su escalabilidad. La implementación de sistemas basados en IA como Sonny representa un intento de solventar esta limitación, proporcionando acceso a servicios de salud mental a poblaciones tradicionalmente desatendidas.
El servicio ofrece disponibilidad extendida, funcionando 18 horas diarias (de 8:00 a 2:00 de la madrugada), a un costo significativamente inferior que la contratación de profesionales tradicionales. Cada distrito escolar invierte entre 20.000 y 30.000 dólares para implementar este sistema, una fracción del presupuesto necesario para mantener un equipo completo de orientadores escolares profesionales.
Si bien los expertos reconocen que estos sistemas no alcanzan la eficacia de un profesional humano, representan una alternativa viable para instituciones con recursos limitados, democratizando el acceso a servicios básicos de apoyo psicológico.
Beneficios emergentes y aplicaciones prácticas
Más allá de su función terapéutica primaria, estos sistemas ofrecen ventajas adicionales para la gestión educativa. En Berryville, Arkansas, los administradores escolares detectaron patrones significativos en el uso de la plataforma: más del 50% de las interacciones ocurrían justo antes de los exámenes, revelando niveles elevados de ansiedad académica entre los estudiantes.
Este descubrimiento permitió al personal educativo desarrollar intervenciones específicas de apoyo emocional en momentos críticos del calendario académico. La capacidad de identificar tendencias y necesidades en tiempo real representa una ventaja significativa frente a los métodos tradicionales de evaluación psicológica escolar.
Salvaguardas humanas en sistemas automatizados
La empresa responsable, Sonar Mental Health, ha implementado un modelo híbrido que combina la eficiencia computacional con la supervisión humana. Un equipo de profesionales con formación en psicología, trabajo social y asistencia en línea monitorea continuamente las interacciones, pudiendo intervenir y modificar las respuestas generadas por el sistema cuando sea necesario.
Cada técnico supervisa simultáneamente entre 15 y 25 conversaciones, actuando como filtro de seguridad para mitigar los riesgos inherentes a los grandes modelos de lenguaje (LLM), como la fabricación de información incorrecta o la generación de respuestas potencialmente perjudiciales. Además, el sistema está diseñado para alertar automáticamente a padres y educadores ante cualquier indicio de peligro para el estudiante o terceros.
Desafíos pendientes y perspectivas futuras
A pesar de los avances, persisten preocupaciones significativas en el campo. Un análisis publicado por la Asociación Americana de Psicología (APA) señaló que, aunque los chatbots pueden aumentar la accesibilidad y reducir costos, los sistemas de IA han mostrado sesgos discriminatorios basados en raza y discapacidad. Además, existen antecedentes de chatbots que han difundido información errónea o incluso han tenido comportamientos inapropiados con usuarios vulnerables.
La fase actual de implementación es demasiado temprana para determinar si todos estos riesgos han sido efectivamente mitigados. No existen suficientes estudios longitudinales que evalúen el impacto real de estos sistemas en la salud mental de los estudiantes a largo plazo.
Los expertos coinciden en que las habilidades de los psicólogos profesionales son irreemplazables. Sin embargo, ante la inevitable integración de la IA en el campo de la salud mental, el enfoque debe centrarse en una implementación cuidadosa y estratégica, maximizando beneficios mientras se minimizan riesgos potenciales.
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La presencia de los “GPTerapeutas” ya es una realidad en el sistema educativo norteamericano. El verdadero desafío consiste en utilizarlos de manera que complementen —sin reemplazar— los sistemas de atención existentes, evitando la tentación de reducir presupuestos en salud mental bajo el pretexto de la automatización.
El objetivo final debe ser convertir estas herramientas tecnológicas en aliadas para reducir el sufrimiento humano, especialmente en poblaciones vulnerables y desatendidas, mientras la comunidad científica continúa evaluando rigurosamente su eficacia y seguridad a largo plazo.
Fuente: Xataka







