Imagen: RDN
La primera convocatoria para presentar el proyecto del Tren de Cercanías a potenciales financistas e inversores, programada por el titular de Ferrocarriles del Paraguay S.A. (Fepasa), Facundo Molinas, culminó en un rotundo fracaso. Según confirmaron fuentes cercanas al proceso, el evento tuvo que ser suspendido debido a la escasa participación de los “invitados” esperados, generando un clima de incertidumbre que comienza a erosionar la confianza en este importante proyecto de infraestructura.
La reunión tenía como objetivo principal exponer a bancos, industrias e inversionistas extranjeros los detalles de la subconcesión por 35 años para la empresa que resultara adjudicada para la explotación del servicio. El esquema contemplaba la fase constructiva basada en un sistema de financiamiento mediante Alianza Público Privada (APP) con el gobierno nacional, particularmente enfocado en la construcción de estaciones entre Asunción e Ypacaraí.
“El escenario empeora ante la escasa información y poca claridad respecto de lo que quiere hacer el gobierno nacional con el proyecto”, reveló una fuente involucrada en el proceso, quien prefirió mantener el anonimato. Esta falta de transparencia ha comenzado a generar serias dudas entre los potenciales inversores, especialmente después de los cambios drásticos implementados a mediados de 2024.
La convocatoria, programada para la tarde de ayer, estableció un mecanismo de participación exclusivamente por invitación, lo que desató malestar entre empresas españolas y argentinas del sector ferroviario que manifestaron su interés en conocer los detalles del proyecto pero fueron excluidas del proceso de manera sistemática.
Selección de invitados genera controversia entre inversores internacionales
El mecanismo restrictivo implementado por las autoridades paraguayas ha provocado indignación entre potenciales inversores de Argentina y España. Numerosas empresas con experiencia en el sector ferroviario recibieron respuestas negativas a sus solicitudes de participación, dejando en evidencia lo que muchos consideran un direccionamiento selectivo de las invitaciones.
“El evento es bajo invitación y se encuentra dirigido a la industria, bancos y asesores legales que estructuran financiamiento privado a proyectos de infraestructura de envergadura, por lo que lamentamos informarle que no podrá participar del mismo. Sin embargo, se prevé en lo sucesivo llevar a cabo encuentros con otros stakeholders”, indicaba el mensaje estándar recibido por los inversores rechazados, evidenciando la posible existencia de preferencias predeterminadas.
Esta situación ha generado sospechas sobre posibles acuerdos previos con ciertos grupos empresariales, limitando la competencia transparente que debería caracterizar a un proyecto de esta magnitud. La restricción en la participación contradice las buenas prácticas internacionales en materia de licitaciones para obras públicas, donde la apertura y transparencia son fundamentales para garantizar las mejores condiciones para el Estado.
Varias compañías españolas con amplia experiencia en sistemas ferroviarios urbanos expresaron su descontento al verse excluidas de un proceso que, en principio, debería estar abierto a todos los actores calificados del mercado internacional. Esta situación podría limitar significativamente las opciones del gobierno paraguayo para obtener las mejores condiciones técnicas y económicas.
Un proyecto constantemente rediseñado genera dudas sobre su viabilidad económica
A mediados de 2024, como adelantó este medio, el presidente Santiago Peña junto a la ministra de Obras Públicas y Comunicaciones, Claudia Centurión, tomaron la controvertida decisión de paralizar todo el avance de las obras que contaban con financiamiento garantizado de Corea del Sur por un valor de 600 millones de dólares. Esta determinación incluyó la derogación de las leyes 6.084 y 7.237, reiniciando prácticamente todo el proceso con nuevos lineamientos.
El proyecto original contemplaba 23 paradas y 7 estaciones principales, conectando eficientemente Asunción con Ypacaraí. Sin embargo, la actual administración ha modificado estos planes, proponiendo iniciar con un tramo más reducido entre Luque y Asunción, para posteriormente extenderlo hasta Ypacaraí, sin explicar claramente las razones técnicas o económicas para este cambio significativo.
Las proyecciones iniciales estimaban que el servicio podría contar con aproximadamente 60.000 usuarios diarios, cifra que resultaría fundamental para garantizar la rentabilidad del proyecto. No obstante, con los cambios implementados y la reducción del tramo inicial, surgen dudas sobre si estas estimaciones se mantendrán vigentes.
El esquema financiero contempla una inversión total de aproximadamente USD 600 millones, de los cuales el sector privado debería aportar alrededor de USD 450 millones, mientras que el Estado paraguayo se comprometería con USD 150 millones. Sin embargo, hasta el momento se desconoce si existen empresas privadas realmente interesadas en participar, considerando las dificultades para garantizar la rentabilidad del proyecto en las condiciones actuales.
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La situación actual del Tren de Cercanías refleja una gestión problemática que combina cambios constantes en las directrices del proyecto, falta de transparencia en los procesos de convocatoria y dudas crecientes sobre su viabilidad económica. Estos factores podrían comprometer seriamente las posibilidades de concretar una obra de infraestructura que resulta fundamental para mejorar la movilidad urbana en el área metropolitana de Asunción.
Fuente: La Política Online
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