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Crecida del Pilcomayo: Gobernador asegura que Pozo Hondo “está bajo control”

El gobernador de Boquerón asegura que la situación está “bajo control” con asistencia oficial, mientras residentes denuncian abandono y autogestión comunitaria.

Los pobladores de Pozo Hondo están aislados debido a la falta de caminos de todo tiempo y la inundación por la crecida del río Pilcomayo. Foto: Captura

El río Pilcomayo experimentó un repunte abrupto en su caudal, alcanzando los 6.35 metros según los últimos reportes oficiales, lo que ha provocado una situación de emergencia para aproximadamente 500 familias residentes en Pozo Hondo. Esta localidad fronteriza se encuentra prácticamente aislada, con acceso limitado exclusivamente por vía fluvial mediante lanchas o por aire utilizando helicópteros. Las inundaciones han afectado viviendas, comercios e infraestructura pública, obligando a las autoridades educativas a suspender las clases durante esta semana debido a la imposibilidad de los estudiantes para trasladarse hasta los centros escolares. Paradójicamente, aunque este incremento del caudal representa un alivio para una embocadura que históricamente ha sufrido problemas de sequía, las consecuencias inmediatas para la población local son severas, generando necesidades urgentes de asistencia humanitaria para garantizar condiciones mínimas de seguridad y bienestar.

El gobernador de Boquerón, Harold Bergen, ofreció declaraciones a Monumental 1080 AM donde aseguró que la situación en Pozo Hondo está bajo control gracias a la intervención oportuna de las autoridades. Según explicó, durante el fin de semana se repartieron víveres y se brindó asistencia a los pobladores afectados. Bergen destacó particularmente la rápida acción del presidente Santiago Peña, quien habría autorizado la distribución de ayuda alimentaria. El gobernador también mencionó la presencia en la zona del ministro de Defensa, Óscar González; la ministra de Salud, María Teresa Barán; y el presidente del Instituto Nacional del Indígena (INDI), Juan Benegas, quienes habrían establecido contacto con la población afectada. Adicionalmente, Bergen informó que maquinarias de la Gobernación estuvieron operando en las rutas intransitables para abrir camino en medio del agua, facilitando el acceso a zonas críticas.

En cuanto a la respuesta sanitaria, el gobernador Bergen afirmó que los pobladores fueron asistidos con medicamentos y personal de salud, asegurando que la Unidad de Salud Familiar local cuenta con recursos esenciales para atender emergencias médicas. Esta información busca tranquilizar a la población respecto a la capacidad de respuesta ante posibles complicaciones de salud derivadas de la inundación. Las autoridades gubernamentales han difundido a través de sus canales oficiales y redes sociales imágenes de las operaciones de asistencia realizadas en la zona, mostrando la entrega de víveres y otras formas de ayuda humanitaria a los residentes afectados. Estos esfuerzos forman parte de un operativo interinstitucional que, según la versión oficial, estaría respondiendo de manera coordinada a las necesidades más urgentes de la población, priorizando alimentación, salud y accesibilidad en medio de las difíciles condiciones creadas por la crecida.

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En marcado contraste con la versión oficial, residentes de Pozo Hondo han expresado públicamente su descontento con la respuesta gubernamental. Myrian Gasca, una pobladora local, denunció que la comunidad ha estado abandonada por la Municipalidad, Gobernación y las instituciones del país. Según su testimonio, los propios residentes han tenido que asumir tareas de limpieza y construcción de muros de contención para mitigar los efectos de la inundación, llegando incluso a pagar de su bolsillo a operarios para realizar trabajos urgentes. La señora Gasca enfatizó la ausencia de las autoridades locales afirmando que el intendente brilla por su ausencia, el gobernador brilla por su ausencia, reconociendo únicamente la presencia de personal del Ministerio de Salud en la zona. Estos testimonios generan dudas sobre el alcance real y la efectividad de la asistencia gubernamental descrita por las autoridades.

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La inundación ha provocado daños significativos en la infraestructura local, afectando servicios esenciales para la población. Las vías de comunicación terrestre han quedado completamente inhabilitadas, lo que complica no solo la movilidad de los residentes sino también la llegada de ayuda humanitaria por medios convencionales. Esta situación obliga a utilizar recursos logísticos más costosos y limitados como helicópteros y embarcaciones para mantener el contacto con la localidad. El sistema educativo también ha sufrido un impacto directo, con la suspensión de clases que afecta a niños y adolescentes de la comunidad, añadiendo una preocupación adicional para las familias que ya enfrentan múltiples dificultades. Además, aunque no se han reportado oficialmente, es probable que existan afectaciones en servicios básicos como suministro de agua potable, energía eléctrica y telecomunicaciones, agravando las condiciones de vida de los pobladores en medio de la emergencia.

Fuente: Última Hora