La visita del Papa Francisco al país en julio de 2015 representó un acontecimiento histórico tras casi tres décadas sin la presencia de un Sumo Pontífice en territorio paraguayo. Durante cinco intensos días, Jorge Bergoglio recorrió diversos puntos del país, dejando una huella imborrable en el corazón del pueblo paraguayo. Su paso por Asunción, Caacupé y otros lugares emblemáticos estuvo marcado por multitudinarias celebraciones y encuentros significativos que mostraron la profunda fe católica arraigada en la cultura nacional.
El monumental retablo de Ñu Guasu se convirtió en uno de los símbolos más representativos de esta visita papal. Creado por el reconocido artista Koki Ruiz, esta impresionante obra incorporó más de 200 mil cocos con mensajes de familias paraguayas, además de materiales autóctonos como maíz y calabazas provenientes de diversas regiones del país. El traslado de esta obra desde Misiones hasta Ñu Guasu constituyó un evento en sí mismo, con caravanas de personas formando cordones humanos a lo largo del camino, manifestando su devoción y entusiasmo por la llegada del Santo Padre.

Durante su encuentro con los jóvenes en la Costanera de Asunción, el Papa Francisco dejó mensajes de esperanza y aliento. Un momento particularmente conmovedor fue el testimonio de Liz Fretes, una joven enfermera de 25 años que cuidaba de su madre y abuela enfermas mientras se dedicaba a labores parroquiales. Las palabras del Pontífice: «Vos podés, Liz. Sos una guerrera», quedaron grabadas en su memoria, fortaleciéndola para enfrentar posteriores pérdidas familiares y motivándola a continuar su labor de servicio hacia los demás.
Antes de despedirse del país, Francisco recurrió a uno de los clásicos de su discurso, convocando a los jóvenes a «hacer lío», pero con un importante matiz: «Hagan lío y organícenlo bien. Hagan lío que nos dé un corazón libre, que nos dé solidaridad y esperanza». Esta frase, que fue vitoreada con entusiasmo por la multitud presente, reflejó su deseo de impulsar una juventud comprometida y activa en la construcción de una sociedad más justa.
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La visita al Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu reflejó la especial sensibilidad del Papa hacia los más vulnerables. Francisco bendijo a los pequeños pacientes y a sus madres, ofreciéndoles palabras de consuelo en medio de circunstancias difíciles. Un momento espontáneo capturó la atención de todos cuando un niño logró evadir la seguridad para acercarse al Pontífice, quien lo recibió con una sonrisa, aprovechando para invitar a todos a adoptar la humildad y alegría propias de la infancia.
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El homenaje a la mujer paraguaya constituyó otro momento destacado de esta visita papal. Durante la multitudinaria misa en el santuario de Caacupé, Francisco describió a las madres paraguayas como «las más gloriosas de América», reconociendo su papel fundamental en la reconstrucción del país tras la Guerra de la Triple Alianza. Su discurso, cargado de admiración y gratitud, destacó la valentía, sacrificio y resiliencia de estas mujeres que sostuvieron a sus familias y contribuyeron decisivamente al renacimiento de la nación.
▶️INOLVIDABLE |
«La más gloriosa de América»: así llamaba el papa Francisco a la mujer paraguaya.❤️
Como ningún otro pontífice, Jorge Mario Bergoglio enalteció a nuestras mujeres y a la Virgen de Caacupé.pic.twitter.com/Y7mnp9CE94
— DELPY (@delpynews) April 21, 2025
El Papa Francisco también dirigió un contundente mensaje a las autoridades paraguayas, instándolas a luchar contra la corrupción, la violencia y el narcotráfico. Enfatizó la necesidad de construir una democracia real basada en la inclusión y la equidad, recordando que el verdadero progreso de un país no se mide únicamente en términos económicos sino en su capacidad para brindar oportunidades a todos sus ciudadanos. Su llamado a trabajar por la justicia social resonó entre líderes políticos y la sociedad paraguaya, evidenciando su preocupación por un país más justo donde prevalezca el bien común.
Fuente: ABC Color