Foto: Gentileza.
La muerte del médico residente Marcelo Esteban Barrios Espínola, ocurrida en un accidente vial en Asunción, reabrió el debate sobre la carga horaria impuesta a los profesionales en formación. El hecho sucedió a las 6:40 de la mañana cuando se dirigía al Hospital de Trauma para iniciar su guardia.
Según los reportes policiales, el vehículo que conducía colisionó con otro rodado en la Avda. General Santos y luego impactó contra un árbol en el paseo central. Testigos señalan que el joven llevaba al menos 35 horas sin descanso efectivo, producto de jornadas prolongadas y rotativas.
Por otra parte, colegas del residente fallecido denunciaron la imposición de “guardias de castigo”, aplicadas por llegadas tardías. Estas sanciones, según fuentes médicas, no se encuentran contempladas en el reglamento oficial y son decididas unilateralmente por superiores jerárquicos.
Así mismo, los residentes mencionaron que deben permanecer en servicio hasta altas horas de la noche, aunque no les corresponda por rotación, y volver al hospital al día siguiente antes del amanecer. Esta dinámica, agregaron, se da en un contexto de silencio institucional.
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A raíz del siniestro, diversas voces en redes sociales y dentro del gremio médico exigieron una revisión urgente del sistema de residencia. Se plantea la necesidad de definir límites claros en las jornadas laborales y garantizar la protección de la salud física y mental del personal en formación.
El caso de Barrios Espínola expone una problemática estructural del sistema de salud pública: la normalización del desgaste extremo como parte del aprendizaje profesional. La falta de control y fiscalización efectiva sigue dejando vacíos críticos en un área esencial para el país.
Fuente: ABC Color
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