Crisis en la INC: Consultor colombiano bajo escrutinio

La Industria Nacional del Cemento (INC) atraviesa una grave crisis operativa debido a la paralización de su horno de clínker en Vallemí, situación que trabajadores de la estatal atribuyen a la gestión del consultor colombiano Alexander González Pinzón. Este profesional, contratado por casi 1.000 millones de guaraníes para el gerenciamiento de proyectos, está siendo señalado como responsable directo de decisiones técnicas que habrían derivado en el actual estado crítico de la planta, específicamente tras un fallido mantenimiento de materiales refractarios en el horno principal.

El contrato de González Pinzón contempla un pago mensual de 40.700.000 guaraníes durante 24 meses, totalizando 976.800.000 guaraníes por sus servicios de asesoría. Esta remuneración supera incluso el salario del presidente de la institución, Gerardo Guerrero Agustí, quien según la planilla de marzo percibe 35.481.760 guaraníes mensuales. El consultor debe asesorar en planes de mejoramiento industrial en conjunto con las áreas industrial, administrativa y financiera, adaptándolos a los requerimientos establecidos por la presidencia de la INC.

Antecedentes cuestionados y nueva adjudicación polémica

El consultor colombiano no es nuevo en la INC ni en el sector cementero paraguayo. González Pinzón tuvo un papel protagónico durante el gobierno de Horacio Cartes en la cuestionada inversión de 80 millones de dólares provenientes de bonos soberanos en la cementera estatal. Posteriormente, según trascendidos, asesoró a Cecon, empresa cementera vinculada al Grupo Cartes, antes de su actual retorno a la estatal paraguaya en un momento crítico para la producción.

Según denuncian trabajadores de la INC, el consultor habría insistido en la contratación de una empresa sin experiencia previa como proveedora de materiales refractarios para la cementera. Se trata de la firma IMER S.R.L., representada por Jorge Sebastián Riera Prim, que fue adjudicada mediante subasta electrónica para proveer ladrillos, hormigones refractarios y manta cerámica para la planta de Vallemí. El contrato, firmado el 5 de diciembre del año pasado por 12.299.984.020 guaraníes, fue solicitado por la Gerencia Industrial a cargo del ingeniero Diego Quintana.

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Los materiales provistos por IMER fueron utilizados en el mantenimiento anual realizado durante el primer trimestre del año. Sin embargo, apenas se reactivó el horno el mes pasado, comenzó a presentar fallas, cuando lo esperado era una operación continua de al menos diez meses tras la intervención realizada. Esta situación ha generado un impacto significativo en la capacidad productiva de la cementera estatal, cuyo horno principal se encuentra nuevamente fuera de servicio, presuntamente por problemas en los materiales refractarios instalados.

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La Gerencia Industrial justificó la adquisición argumentando la necesidad de hormigón refractario para sectores críticos como la torre intercambiadora, el horno-enfriador y la zona de clinkerización, transición y calcinación del horno Smidth. En los documentos de contratación se especificaba que los materiales presentarían mejor comportamiento y durabilidad en las zonas donde serían utilizados. Sin embargo, la realidad actual contradice esas expectativas, pues el horno no logró mantener su operatividad, generando preocupación entre los trabajadores y cuestionamientos sobre las decisiones técnicas y administrativas que llevaron a esta situación.

Fuente: ABC Color

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