El Vaticano blinda el cónclave: apagan señal móvil y confiscan celulares

En un esfuerzo por garantizar el secretismo absoluto, el Vaticano anunció que apagará por completo su red de telefonía móvil y requisará los teléfonos celulares de los 133 cardenales que participarán en el cónclave para elegir al nuevo papa, que inicia este miércoles 7 de mayo. La medida afectará a los 0,4 kilómetros cuadrados del Estado Vaticano a partir de las 15:00, hora local.

La decisión fue tomada por la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, que comunicó a todos los residentes y trabajadores que quedará suspendida cualquier señal celular o de radio durante el cónclave, una acción sin precedentes en términos de aislamiento comunicacional. Los teléfonos serán devueltos a sus propietarios al concluir la elección del pontífice.

Aunque la Plaza de San Pedro permanecerá abierta al público, todo el personal involucrado en el proceso dentro del Vaticano, desde asistentes litúrgicos y médicos hasta técnicos y floristas, ha debido prestar juramento de discreción. Este compromiso, reformulado por el papa emérito Benedicto XVI, establece excomunión automática para quienes violen el secreto del cónclave.

La normativa que rige el cónclave fue actualizada por Juan Pablo II en 1996 y endurecida en 2013 por Benedicto XVI. Esta legislación establece que cualquier persona que divulgue lo ocurrido en la Capilla Sixtina —ya sea por medios tradicionales o tecnológicos— será excomulgada automáticamente.

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La fórmula del juramento es explícita: los asistentes se comprometen a guardar “secreto absoluto y perpetuo”, absteniéndose de grabar o divulgar cualquier detalle del proceso de votación. Esto incluye incluso a fontaneros, electricistas y conductores asignados al evento.

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Para reforzar el aislamiento, se han apagado cámaras, sensores y equipos de vigilancia dentro de la Capilla Sixtina, donde se realizarán las votaciones. Los cardenales pasarán las noches en la Casa Santa Marta y permanecerán incomunicados con el exterior durante toda la duración del cónclave.

La elección del nuevo papa —tras la muerte del pontífice Francisco— será seguida de cerca por millones de fieles en todo el mundo. La combinación de tecnología bloqueada, juramento extremo y vigilancia estricta convierte a este cónclave en uno de los más reservados en la historia moderna de la Iglesia.

Fuente: Infobae

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