Juguetes exhibidos durante una protesta contra el abuso infantil que tuvo lugar en Bogotá (Colombia) en noviembre de 2018. EFE/Mauricio Dueñas Castañeda
Un estudio global publicado en la revista The Lancet reveló cifras preocupantes sobre la violencia sexual infantil en todo el mundo. Según los datos recopilados por el Instituto de Métricas de Salud y Evaluación (IHME) de la Universidad de Washington, uno de cada cinco mujeres y uno de cada siete hombres mayores de 20 años fueron víctimas de agresiones sexuales durante su infancia. El análisis abarca a 204 países y estima que la prevalencia se ha mantenido prácticamente sin cambios desde 1990.
Las cifras globales muestran que el 18,9 % de las mujeres y el 14,8 % de los hombres han sufrido algún tipo de violencia sexual antes de cumplir los 18 años. El estudio subraya que la infancia y la adolescencia son periodos críticos para intervenir y prevenir este tipo de abusos.
Entre los países con tasas más altas de violencia sexual infantil en mujeres se encuentran Islas Salomón (43 %), Costa de Marfil (33 %) y Chile (31 %). En el caso de los hombres, los porcentajes más elevados se registraron en Costa de Marfil (28 %), Bangladés (27 %) y Botsuana (27 %). En contraste, países como Mongolia, Vietnam y Montenegro reportan las cifras más bajas.
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Los autores del estudio explican que las diferencias geográficas podrían estar influenciadas por factores estructurales como el nivel de igualdad de género, los patrones culturales de masculinidad, el acceso a educación, la existencia de marcos legales y la disposición de las víctimas a denunciar. El análisis también advierte sobre el sesgo de subregistro, especialmente en países de ingresos bajos y medios, lo que sugiere que las cifras reales podrían ser mucho más altas.
El estudio indica que el 70 % de las agresiones sexuales contra menores ocurren antes de los 18 años y que una proporción significativa se da incluso antes de los 12. Ante esta situación, los investigadores califican de imperativo moral implementar políticas públicas más eficaces para la protección de la niñez, mejorar la recolección de datos y fortalecer los sistemas de salud y asistencia social.
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Además, señalan la urgencia de desarrollar programas de prevención con enfoque integral, centrados en la educación, el acompañamiento a las víctimas y la capacitación de profesionales. La falta de estándares en la medición y las brechas en la cobertura de datos impiden conocer la verdadera dimensión del problema.
Fuente: El Diario.es
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