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14 de mayo de 1811: La noche en que Paraguay eligió ser libre

La noche del 14 de mayo de 1811, jóvenes patriotas paraguayos cambiaron el rumbo del país con una revolución silenciosa y sin derramamiento de sangre.

La noche del 14 de mayo de 1811 no solo marcó el inicio de un nuevo tiempo para el Paraguay, sino que lo hizo de una forma inusual en el contexto de la América colonial: sin violencia. Lejos de ser un levantamiento sangriento, la independencia paraguaya fue una revolución silenciosa, ideada y ejecutada con táctica y valor por un grupo de jóvenes patriotas que supieron adelantarse a una amenaza externa y aprovechar el momento político.

La historia reconoce que antes de la gesta, los próceres paraguayos participaron activamente en importantes conflictos como la expulsión de los ingleses de Buenos Aires en 1807, y las batallas de Paraguarí y Tacuary en 1811, donde resistieron exitosamente a las tropas porteñas. Esas victorias fortalecieron su convicción de que Paraguay podía liberarse también del dominio español.

El movimiento fue planeado cuidadosamente: una revolución no de cuartel, sino de marcha militar y civil simultánea. Fulgencio Yegros lideraría en el sur, Cabañas movilizaría tropas desde las Cordilleras, y en Corrientes se prendería la chispa definitiva. Pero el plan fue frustrado por una figura inesperada: el teniente portugués José de Abreu, emisario de Carlota Joaquina, quien llegó el 9 de mayo de 1811 para ofrecer apoyo militar a la Corona española.

Enterados de la amenaza, los jóvenes revolucionarios paraguayos —entre ellos Pedro Juan Caballero, Vicente Ignacio Iturbe, y otros patriotas— decidieron adelantar el plan. En solo cinco días organizaron la toma de decisiones cruciales, con reuniones secretas en la hoy conocida Casa de la Independencia.

El repique de campanas de la Catedral fue la señal. En plena noche, ocuparon los cuarteles y enviaron a Iturbe con una carta de intimación al gobernador Bernardo de Velazco, quien, esa misma noche, agasajaba al emisario portugués.

El golpe no encontró resistencia: ni los soldados españoles defendieron a su gobernador.

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Con dos cañones apuntando a la Casa de los Gobernadores, los patriotas exigieron una respuesta clara. Velazco aceptó gobernar con dos consocios paraguayos, dando nacimiento a un gobierno tripartito que inició formalmente el proceso de independencia, proclamada en noviembre de 1842.

A diferencia de otras gestas independentistas en América Latina, la independencia del Paraguay se logró sin combates ni muertes. Fue producto de la organización, el coraje y la firme voluntad de hombres jóvenes que entendieron que “todo hombre nace libre”, como se expresó luego en el Congreso de junio de 1811.

Fuente: ABC Color