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¿Cómo se enseña hoy sobre la Independencia en Paraguay?

A 214 años de la gesta libertadora, educadores alertan sobre un enfoque obsoleto en el aula y piden una renovación pedagógica en torno a la enseñanza de la historia.

Este 14 y 15 de mayo se conmemoran 214 años de la Revolución de Mayo, proceso que dio origen a la Independencia del Paraguay. Pero, ¿qué tanto saben los escolares sobre estos hechos históricos? Tres docentes analizan cómo se enseña la historia en el país y advierten sobre un enfoque anacrónico que sigue siendo dominante en las aulas.

En el Centro Histórico de Asunción, los ecos de la independencia todavía resuenan. Pero en las escuelas, ¿Qué queda de esa historia? Para el profesor Julio Espínola, miembro de la Academia Paraguaya de la Historia, el tratamiento actual de la Independencia está lejos de lo ideal.

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“Se enseña en base a fechas, nombres y líneas de tiempo, con un enfoque de memorización. No hay una mirada crítica ni reflexiva”, sostiene.

Espínola lamenta que el relato siga sin incluir el rol de sectores populares, ni una perspectiva de género o interculturalidad. “Además, muchos docentes son generalistas en la escolar básica, lo que impide una profundización real”, añade.

El docente insiste en que no se trata de la voluntad individual del profesor, sino de una estructura educativa deficiente. “Tenemos docentes con problemas de comprensión lectora, con múltiples colegios a cargo, sostenidos por horas cátedra. No se puede pedir una transformación así nomás”, expresa.

También cuestiona la lentitud de las reformas impulsadas por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), que no han logrado impacto nacional.

“Todos los años damos lo mismo”

Majo Quevedo, profesora de Historia y Ciencias Sociales en la educación media, coincide con Espínola. “Los alumnos lo dicen: ‘todos los años damos lo mismo’. Y tienen razón. Se repite una narrativa sin espacio para el pensamiento crítico”, explica.

Según Quevedo, los contenidos deben ir más allá del relato de cañones frente a la casa del gobernador. “Trabajamos ideas como libertad, igualdad y unión, pero desde su sentido filosófico y actual. Solo así los estudiantes se interesan y cuestionan”, relata.

La docente apuesta por el diálogo en clase. “Al preguntarles qué entienden por libertad hoy, se generan debates, reflexión. Es ahí donde la historia cobra sentido”, señala.

Ambos docentes coinciden en que enseñar historia no debe ser un ejercicio automático de repetición. La historia debe ser vivida, reflexionada y pensada en su contexto. En un Paraguay que aún debate su identidad y sus desafíos democráticos, comprender los procesos históricos es fundamental.

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Sin embargo, para que esto ocurra, se necesita una transformación profunda del enfoque pedagógico, de la formación docente y del propio sistema educativo.

“La independencia no debe enseñarse solo como un hecho del pasado. Debe ser entendida como un proceso con vigencia y sentido en el presente”, concluye Espínola.

Fuente: ABC Color