Foto: Thomas Peter
El presidente estadounidense Donald Trump y su par chino Xi Jinping mantuvieron una conversación telefónica este jueves, en medio de una nueva escalada de tensiones comerciales entre ambas potencias. La llamada, según reportó la agencia oficial china Xinhua, se dio a iniciativa de Trump, aunque no se divulgaron más detalles sobre el contenido del intercambio.
La Casa Blanca no emitió ningún comentario oficial tras el contacto entre los mandatarios, lo que deja abierta la especulación sobre el tono y los resultados del diálogo, en un momento donde la relación bilateral atraviesa otro punto crítico.
Un día antes de la llamada, Trump volvió a lanzar dardos hacia Beijing en su red social: “Me gusta el presidente Xi de China, siempre me ha gustado y siempre me gustará, pero es MUY DURO Y EXTREMADAMENTE DIFÍCIL LLEGAR A UN ACUERDO CON ÉL”.
Las negociaciones comerciales, que habían avanzado parcialmente con un acuerdo alcanzado el pasado 12 de mayo para reducir aranceles, se encuentran nuevamente congeladas. Según Trump, China “violó totalmente” lo pactado, mientras que el Gobierno chino acusa a Washington de introducir nuevas medidas restrictivas y “discriminatorias”.
Entre ellas, se mencionan la revocación de visados de estudiantes chinos en Estados Unidos, lo que se suma a una batería de decisiones unilaterales que, según Beijing, contradicen los principios del comercio justo.
Horas antes del contacto entre líderes, el Ministerio de Comercio chino criticó duramente el aumento del arancel estadounidense a la importación de acero y aluminio, que desde este miércoles pasó del 25 % al 50 %. El portavoz He Yongqian calificó la medida como “un ejemplo típico de proteccionismo” y una clara violación de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Según el funcionario chino, estas políticas “perturban las cadenas globales de suministro” y, a largo plazo, también afectarán a la economía estadounidense.
China, el mayor exportador mundial de acero, no cuenta con Estados Unidos entre sus principales clientes, pero considera que las acciones de Washington sientan un precedente preocupante. En el caso del aluminio, las exportaciones chinas representan apenas un 3 % del total importado por EEUU.
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No obstante, las señales diplomáticas siguen siendo ambiguas: mientras Trump redobla medidas, Xi Jinping no ha cerrado las puertas al diálogo, aunque exige reciprocidad y respeto a las normas multilaterales.
La llamada entre Trump y Xi, lejos de calmar las aguas, confirma que el pulso económico entre ambas potencias sigue abierto. Mientras las medidas se endurecen y las posiciones se radicalizan, los mercados globales se mantienen en alerta ante posibles repercusiones. Por ahora, no hay tregua, y cada paso parece tensar más la cuerda del comercio mundial.
Fuente: Infobae
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