En el marco del Mundial de Clubes, Christian Gray pasó de ser un desconocido profesor de secundaria en Nueva Zelanda a protagonista de un momento histórico. Con un gol de cabeza a los siete minutos del segundo tiempo, selló el primer tanto del Auckland City en la competición, nada menos que frente a Boca Juniors.
El club neozelandés llegó al torneo como uno de los equipos más humildes entre los 32 participantes. Su plantilla está conformada por jugadores amateurs que trabajan a tiempo completo en otros rubros. Gray, por ejemplo, combina su vida como educador con la defensa central del Auckland City.
El partido, disputado en el Geodis Park de Estados Unidos, tuvo un largo parate por tormenta. Pero Gray no desaprovechó su oportunidad. Tras ingresar brevemente contra Benfica, recibió la titularidad en este duelo final del Grupo C y respondió con un gol que rompió la racha de derrotas del equipo, que venía de caer 10-0 ante el Bayern Múnich y 6-0 con Benfica.
Gray, de 28 años y oriundo de Gisborne, fue fichado por el Auckland en 2022 desde el Eastern Suburbs. Su trayectoria ha sido modesta pero consistente: suma 70 partidos con el club y ha marcado cuatro goles. El último antes del Mundial fue en mayo de 2024 ante el Pirae de Tahití en la final de la AFC Champions League.
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El defensor no es el único en esta doble vida. Su compañero Jordan Vale también es docente, mientras otros jugadores del plantel trabajan como agentes inmobiliarios, estudiantes, peluqueros, empleados logísticos o gerentes de almacén. Por ley, ningún jugador puede cobrar más de 150 dólares neozelandeses semanales, destinados a cubrir gastos básicos.
Lejos de los millones que rodean al fútbol profesional, Christian Gray mostró que aún hay lugar para las historias de esfuerzo y pasión. Su gol ante Boca quedará grabado como una gesta en la historia de un club amateur que, por un instante, desafió a los gigantes del fútbol mundial.
Fuente: Infobae
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