Orlando Castillo, representante de Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, apunta al déficit del Estado en las políticas de lucha contra las drogas. ÚH
El Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP) señaló deficiencias en la política pública paraguaya sobre drogas, al centrarse en un enfoque punitivo y no en uno preventivo basado en salud mental. Así lo indicó Orlando Castillo, comisionado del MNP, quien expuso la falta de programas integrales para atender a la población adolescente afectada por el consumo de estupefacientes.
Castillo explicó que los problemas de salud mental no solo abarcan a personas con enfermedades crónicas, sino también a adolescentes con síntomas como depresión, encierro personal o crisis emocionales. A su juicio, el Estado no cuenta con políticas específicas ni recursos adecuados para intervenir de manera oportuna en este ámbito.
Según el comisionado, la pandemia dejó secuelas en jóvenes que estuvieron confinados durante meses y no recibieron posterior atención. Esta carencia generó un terreno propicio para el inicio temprano en el consumo de drogas, que ya no se limita a sustancias tradicionales, sino que incluye drogas más potentes y modernas.
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En este contexto, cuestionó que el Plan SUMAR —antes llamado Chau Chespi— haya sido transferido al Ministerio del Interior, cuya lógica de seguridad y control contrasta con la necesidad de un abordaje sanitario y psicosocial. Castillo advirtió que este tipo de programas tienden a fracasar cuando no se construyen sobre bases interdisciplinarias.
El MNP recomienda que profesionales como psicólogos, trabajadores sociales y agentes de salud lideren los procesos de intervención, con presencia activa en escuelas, centros de salud y barrios. El objetivo es atender los factores estructurales y comunitarios que inciden en el consumo problemático.
Además, Castillo destacó que muchas instituciones educativas carecen de personal de salud mental. Considera urgente reforzar el rol de las escuelas como espacios de contención, prevención y acompañamiento de adolescentes, especialmente en sectores vulnerables.
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La falta de espacios comunitarios como plazas, centros deportivos y programas barriales también incide en la desprotección de los jóvenes. Según el MNP, invertir en adolescencia debe ser prioridad, en lugar de continuar con estrategias enfocadas exclusivamente en detención o sanción.
Finalmente, el representante advirtió que, sin un cambio de enfoque, la expansión del consumo entre menores de edad se agravará. Insistió en la necesidad de diseñar políticas públicas que respondan al fenómeno como un problema de salud pública, con mirada humana e inclusiva.
Fuente: ABC Color
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