Recomiendan abrigarse utilizando el sistema "cebolla" o en capas. Foto: Arcenio Acuña
El sistema de vestimenta por capas, conocido como método “cebolla”, representa la estrategia más efectiva para mantener la temperatura corporal durante los meses fríos. Los especialistas médicos recomiendan esta técnica porque permite regular el calor de manera gradual y evita tanto el enfriamiento excesivo como el sobrecalentamiento. La clave radica en seleccionar prendas específicas que cumplan funciones complementarias para proteger el organismo.
El principal error durante el invierno consiste en utilizar excesiva cantidad de ropa sin considerar el tipo de tejidos empleados. Esta práctica resulta contraproducente porque impide la correcta circulación del aire y puede generar sudoración excesiva, creando humedad que posteriormente enfría el cuerpo. El cardiólogo Daniel López Rossetti explica que respetar las necesidades térmicas del organismo es fundamental para prevenir enfermedades respiratorias.
La primera capa del sistema debe consistir en una camiseta de algodón que se ajuste completamente al cuerpo. Esta prenda cumple la función de absorber la transpiración natural y mantener la piel seca. El algodón permite que la humedad se evapore gradualmente sin crear acumulación de líquido sobre la superficie cutánea. Esta base textil resulta esencial para el correcto funcionamiento de las capas superiores.
La segunda capa corresponde al aislamiento térmico mediante un pullover o suéter que preserve el calor corporal. Esta prenda debe proporcionar una barrera efectiva contra las bajas temperaturas sin comprometer la movilidad. Los materiales como la lana o fibras sintéticas especializadas ofrecen excelente capacidad de retención térmica. El grosor debe adaptarse a las condiciones climáticas específicas del día.
La capa exterior funciona como protección contra elementos externos como viento, lluvia o nieve. Una campera impermeable o cortaviento impide que las condiciones meteorológicas adversas penetren hacia las capas interiores. Esta barrera exterior debe permitir la ventilación adecuada para evitar la acumulación de vapor de agua. Los materiales técnicos modernos combinan impermeabilidad con transpirabilidad.
Los especialistas recomiendan complementar el sistema con accesorios específicos para extremidades expuestas. Las medias gruesas o doble par mantienen los pies calientes, mientras que el calzado con suela de goma proporciona aislamiento del suelo frío. El uso de gorra resulta fundamental porque el cuero cabelludo libera gran cantidad de calor corporal. Las bufandas protegen el cuello, zona particularmente sensible a las corrientes de aire.
La prevención de enfermedades invernales requiere medidas adicionales al correcto abrigo. El lavado frecuente de manos elimina gérmenes que causan infecciones respiratorias, ya que gran parte de los contagios ocurren por contacto directo con superficies contaminadas. Una alimentación equilibrada, hidratación adecuada y descanso suficiente fortalecen el sistema inmunológico, reduciendo significativamente las probabilidades de contraer enfermedades durante la temporada fría.
Fuente: ABC Color
Esta web usa cookies.