El presidente Donald Trump habla con miembros de los medios de comunicación en el jardín sur de la Casa Blanca en Washington, antes de abordar el Marine One el viernes. Samuel Corum/Sipa/Bloomberg/Getty Images
La administración Trump enfrenta una crisis interna tras publicar un memorando sobre Jeffrey Epstein que contradice las teorías conspirativas previamente impulsadas por el presidente y sus principales colaboradores. El Departamento de Justicia y el FBI concluyeron que no existen pruebas de una lista de hombres poderosos involucrados en el supuesto submundo de tráfico sexual del exfinanciero.
El memorando también confirmó que Epstein se suicidó en su celda de Nueva York y no fue asesinado como sugerían las teorías conspirativas. Estas conclusiones han socavado las promesas previas de Trump y su equipo, generando descontento entre los seguidores más fervientes del movimiento MAGA que esperaban revelaciones significativas.
La situación ha puesto a prueba la lealtad entre el presidente y el movimiento que creó, marcando una de las primeras ocasiones donde su base no sigue automáticamente los pasos de su líder. Esta división ofrece indicios sobre cómo podría evolucionar el movimiento MAGA en una eventual era post-Trump.
Las tensiones internas llegaron a un punto crítico en una reunión explosiva donde el director del FBI Kash Patel y su adjunto Dan Bongino fueron confrontados sobre informaciones contradictorias. Bongino declaró que consideraba renunciar y no acudió al trabajo el viernes, manteniendo su situación laboral en incertidumbre dentro de la administración.
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Patel publicó en redes sociales que continuaría en la administración Trump, admitiendo que las teorías de conspiración sobre Epstein simplemente no son ciertas y nunca lo han sido. Esta declaración representa un cambio significativo respecto a sus posiciones anteriores que avivaban las especulaciones conspirativas.
La secretaria de Justicia Pamela Bondi, quien prometió repetidamente publicar los documentos de Epstein, ha soportado el peso de la frustración de los partidarios MAGA. Trump ha mantenido su apoyo público hacia Bondi, invitándola a eventos oficiales y defendiéndola en publicaciones de redes sociales.
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El presidente intentó controlar la narrativa culpando a los demócratas por no haber publicado previamente información comprometedora sobre el movimiento MAGA. Trump calificó a Epstein como alguien que no le importa a nadie, intentando minimizar la relevancia del caso para su administración.
Sin embargo, estas explicaciones no han logrado apaciguar a prominentes figuras conservadoras que expresaron su descontento en la Cumbre de Acción Estudiantil de Turning Point USA. Comentaristas como Megyn Kelly y la representante Anna Paulina Luna criticaron públicamente el manejo del caso, mientras que una encuesta informal entre asistentes mostró desaprobación abrumadora hacia los resultados de la investigación.
Fuente: CNN
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