Las Unidades de Salud de la Familia (USF) construidas en los barrios Villa Industrial, La Fortuna II y San Giovanni, en San Lorenzo, siguen sin funcionar casi un año después de finalizadas. La población esperaba contar con servicios sanitarios cercanos, pero la falta de habilitación mantiene a los edificios cerrados y en progresivo deterioro.
Las USF, pensadas para fortalecer la atención primaria y evitar la saturación hospitalaria, representan una esperanza para comunidades donde el acceso a servicios médicos es limitado. En los tres barrios mencionados, la finalización de las obras despertó expectativas de mejora en la calidad de vida.
La unidad de Villa Industrial fue construida en tres meses. Las otras dos tomaron cerca de un año. Aunque las estructuras están completas, el paso del tiempo sin uso provocó daños: malezas sin control, cables robados y canaletas saqueadas. Solo la unidad de San Giovanni se mantiene cuidada, pero igual permanece sin operar.

Vecinos de las zonas afectadas relatan que, ante emergencias o enfermedades comunes, deben acudir al Hospital General de San Lorenzo, en Calle’i. Quienes no cuentan con vehículo propio dependen del transporte público, que es escaso o nulo en fines de semana y horarios críticos.
Desde las comisiones vecinales destacan que las USF no solo facilitarían el acceso a consultas médicas, sino también ofrecerían oportunidades laborales a residentes, especialmente a personal de enfermería que hoy debe movilizarse a otros distritos para trabajar.
En La Fortuna II, la situación es más delicada por la presencia de población vulnerable, como niños y adultos mayores. El abandono del edificio pone en riesgo su estructura, y la falta de servicios médicos cercanos compromete la atención oportuna en casos urgentes.
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El concejal municipal Osvaldo Gómez (PLRA) señaló que los terrenos fueron cedidos por la comuna tras trámites prolongados, y que el Ministerio de Salud es ahora el responsable de su habilitación. Reclama que se defina si las USF funcionarán o no, para tomar decisiones a nivel municipal.
Cada USF habría tenido un costo aproximado de G. 12.000 millones. A ese monto debe sumarse lo que demandará reparar los daños y reponer los materiales robados. Mientras tanto, las comunidades siguen esperando una respuesta que les devuelva la posibilidad de contar con salud cerca de casa.
Fuente: Última Hora







