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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, otorgó un plazo de 50 días al gobierno ruso para finalizar la guerra en Ucrania, bajo amenaza de nuevas sanciones económicas. La advertencia fue realizada durante una reunión oficial en la Casa Blanca con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y se acompañó del anuncio del inminente envío de armas a Ucrania.
Trump manifestó su creciente insatisfacción ante la escalada militar rusa, particularmente por el uso intensivo de drones en ataques recientes. La ofensiva de Moscú ha recrudecido en las últimas semanas, mientras fracasan las negociaciones lideradas por Washington para detener el conflicto iniciado en 2022.
El mandatario estadounidense precisó que, en caso de no alcanzarse un acuerdo en el plazo estipulado, se impondrán aranceles de hasta el 100% a las exportaciones rusas. También advirtió sobre la aplicación de “aranceles secundarios” a países que mantengan relaciones comerciales con Rusia, buscando profundizar el aislamiento económico del Kremlin.
En paralelo, Estados Unidos y la OTAN alcanzaron un acuerdo por el cual la alianza militar adquirirá miles de millones de dólares en armamento estadounidense. Este material será enviado a Ucrania e incluirá sistemas de defensa aérea como baterías Patriot, municiones y misiles, destinados a reforzar la resistencia ucraniana.
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Trump aclaró que la financiación correrá por cuenta de los miembros de la OTAN, mientras que Estados Unidos asumirá la producción. Según sus palabras, el objetivo es acelerar la entrega de equipos al frente de batalla, sin comprometer recursos federales norteamericanos en el corto plazo.
El anuncio generó una reacción ambigua en Moscú. Según un análisis de la BBC, el gobierno ruso se mostró más aliviado que preocupado, al considerar que las sanciones podían haber sido más severas. La bolsa de Moscú, en ese contexto, subió un 2,7% tras el discurso de Trump.
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Desde Moscú, el tabloide Moskovsky Komsomolets advirtió que ambas potencias se encaminan a una nueva confrontación, pero celebró que los aranceles secundarios entren en vigor recién en 50 días. Ese margen permite al Kremlin preparar contrapropuestas y dilatar su implementación.
Rusia continúa sosteniendo una estrategia diplomática basada en aceptar negociaciones bajo condiciones previas, como el cese del apoyo militar occidental a Ucrania. Sin embargo, el nuevo giro de Trump reafirma que no se interrumpirán los envíos de armas, lo que tensiona aún más el escenario geopolítico. Moscú insiste en que desea la paz, aunque solo en sus propios términos.
Fuente: El País / BBC
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