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Islandia registra nueva erupción volcánica cerca de su capital sin mayores daños

Un volcán entró en erupción cerca de Reikiavik. Aunque se evacuaron zonas como Laguna Azul, las autoridades descartan afectaciones mayores.

Foto: Gentileza.

Islandia volvió a vivir un episodio de actividad volcánica este miércoles con una nueva erupción en la península de Reykjanes, al suroeste del país, a escasos kilómetros de la capital, Reikiavik. Aunque se produjeron evacuaciones preventivas en áreas cercanas, las autoridades descartaron que la erupción represente una amenaza grave o implique riesgos para infraestructura clave.

Según la oficina meteorológica islandesa, el magma emergió a través de una fisura de entre 700 y 1.000 metros de longitud, expulsando lava incandescente y columnas de humo visibles desde varios puntos. A pesar de la espectacularidad de las imágenes captadas en directo, el fenómeno fue calificado como una erupción “relativamente pequeña”.

Las autoridades destacaron que no se han registrado interrupciones en los vuelos del aeropuerto internacional de Keflavík, el más importante del país. Esto contrasta con situaciones anteriores, como la erupción del volcán Eyjafjalla en 2010, que provocó el cierre del espacio aéreo europeo durante días debido a la enorme cantidad de ceniza expulsada.

Entre las zonas evacuadas se encuentra el popular balneario de Laguna Azul y el pueblo de Grindavík, que desde 2023 ha permanecido prácticamente deshabitado por el riesgo recurrente de flujos de lava y terremotos. Según la emisora pública RUV, algunas personas fueron retiradas de manera preventiva, aunque no hubo incidentes.

Este episodio es el duodécimo desde que la actividad geológica en la península de Reykjanes se reactivó en 2021. La región, situada sobre una grieta entre las placas tectónicas euroasiática y norteamericana, es propensa a lo que los vulcanólogos llaman “erupciones fisurales”: flujos de lava que emergen a lo largo de largas grietas, sin necesidad de un cráter central.

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Los expertos estiman que este tipo de erupciones podría seguir ocurriendo durante décadas o incluso siglos, como parte de un nuevo ciclo volcánico activo en la región. Aunque las señales iniciales fueron débiles, el monitoreo constante permitió a las autoridades reaccionar con rapidez y evitar cualquier situación crítica.

Islandia, conocida como la tierra de hielo y fuego, sigue enfrentando el delicado equilibrio entre su belleza natural y los riesgos inherentes a su geografía volcánica. En este caso, la rápida intervención y la limitada magnitud del fenómeno evitaron consecuencias mayores, pero el monitoreo continuará ante la posibilidad de nuevos episodios.

Fuente: El País