Banda robaba celulares y vaciaba cuentas en conciertos

Una organización criminal dedicada al robo de celulares y vaciamiento de cuentas bancarias fue intervenida en el barrio Cambala de Asunción. El procedimiento estuvo a cargo de una comitiva fiscal-policial encabezada por la fiscal Karina Caballero, en el marco de una investigación sobre lavado de dinero y estafa informática.

La red operaba mayormente en conciertos y eventos masivos, aprovechando la aglomeración de personas para hurtar teléfonos móviles. Según la investigación, tras el robo, los delincuentes accedían a aplicaciones bancarias, transferían fondos y utilizaban tarjetas de crédito vinculadas a las víctimas.

Las tareas de este viernes se enfocaron en recolectar nuevas evidencias relacionadas con un procedimiento anterior que ya había derivado en la detención de ocho personas. Entre los imputados se encuentra Carlos Centurión, señalado como cabecilla y reclutador del grupo.

El esquema se basaba en una modalidad de lavado de dinero conocida como “modo hormiga”, en la que pequeñas sumas eran transferidas a cuentas de “mulas”, personas utilizadas para retirar efectivo o reenviar los fondos a otras cuentas, dificultando así el rastreo del dinero.

Una de las denuncias que originó el caso involucró a una víctima que perdió cerca de G. 100 millones en un solo día. Tras el robo de su celular, los delincuentes accedieron a sus cuentas bancarias, vaciaron su caja de ahorro y utilizaron sus tarjetas para compras de aparatos electrónicos en distintos comercios.

La Fiscalía identificó al menos siete casos similares, con perjuicios individuales que superan los G. 50 millones. La suma total de lo estafado podría superar los G. 400 millones, de acuerdo con las estimaciones preliminares realizadas por los investigadores del Ministerio Público.

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Las autoridades confirmaron que uno de los principales objetivos de la banda era desbloquear los dispositivos robados lo antes posible, para luego centrarse en acceder a datos financieros antes de revender los teléfonos. Se presume que técnicos de celulares también estarían involucrados en la red.

Los agentes explicaron que los reclutadores financiaban incluso las entradas a eventos para sus cómplices. En muchos casos, eran ubicados en sectores VIP de los conciertos, donde operaban con rapidez y bajo cobertura del público. La estrategia permitía maximizar el beneficio antes de comercializar los aparatos robados.

Fuente: El Observador

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