El cine paraguayo tendrá una presencia destacada en la 73º edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, a celebrarse del 19 al 27 de septiembre. Dos producciones nacionales fueron seleccionadas en la sección Zabaltegi-Tabakalera, espacio reconocido por reunir obras innovadoras y cineastas de trayectoria junto a nuevas voces del cine mundial.
El realizador Juanjo Pereira presentará su filme Bajo las banderas, el sol, una propuesta que combina elementos documentales y experimentales para explorar la memoria de la dictadura de Alfredo Stroessner. La obra cuestiona símbolos nacionales y rescata silencios que aún persisten en la historia reciente del país.
La inclusión de esta película en San Sebastián permitirá que dialogue con producciones que ya pasaron por festivales de prestigio como Cannes, Berlín, Venecia, Locarno y Toronto. De este modo, Pereira se suma a la lista de directores paraguayos que buscan abrir espacios para la reflexión a través del cine.
Por otro lado, Paz Encina, reconocida internacionalmente desde Hamaca paraguaya (2006), premiada en Cannes, regresa al festival con La felicidad, un cortometraje íntimo que indaga en la nostalgia y en el recuerdo de su hermano fallecido. La directora continúa explorando la relación entre lo personal y lo político, en este caso desde la perspectiva del duelo y la memoria afectiva.
La película de Encina fue producida por Silencio Cine y coproducida por Sabaté Films, con apoyo de la Fundación Itaú, Fondec y el Archivo del Terror. Cuenta con las actuaciones de Martina Cabrera Dos Santos y Aquiles Rauddi Dos Santos, además de un equipo técnico conformado por profesionales de la región.
Que dos películas paraguayas coincidan en la misma sección de un festival de la envergadura de San Sebastián es un hecho significativo. Ambas obras, aunque desde registros distintos, tienen como punto de encuentro la memoria: Pereira aborda los ecos de la dictadura, mientras Encina se sumerge en la intimidad de la pérdida familiar.
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Este doble estreno refuerza la importancia del cine paraguayo contemporáneo como vehículo de resistencia, identidad y construcción colectiva. En un país marcado por silencios históricos, el arte cinematográfico se convierte en un espacio de reflexión crítica y de diálogo con la memoria.
El reconocimiento internacional que reciben estas producciones confirma que Paraguay continúa consolidando su presencia en los escenarios más relevantes del cine mundial, aportando miradas propias y profundamente ligadas a su historia y cultura.
Fuente: Última Hora
