Foto: Tasos Katopodis (Reuters)
Ayer, agentes del FBI registraron la casa en Maryland y la oficina en Washington de John Bolton, ex asesor de seguridad nacional durante el primer mandato de Donald Trump. La diligencia se enmarca en una investigación sobre posible manejo indebido de información clasificada, aunque Bolton no fue detenido ni enfrenta cargos de momento, según fuentes vinculadas al caso.
El operativo marca un paso significativo del Departamento de Justicia contra una figura considerada enemiga por Trump, quien despidió a Bolton en 2019. Tras su salida, el ex funcionario se convirtió en uno de los críticos más duros del republicano, publicando un libro en el que expuso episodios internos de la Casa Blanca.
La medida ocurre en un contexto político sensible, ya que el actual gobierno de Trump enfrenta cuestionamientos sobre la supuesta utilización de los organismos de seguridad para actuar contra opositores. Analistas advierten que los registros alimentan la percepción de una estrategia dirigida contra figuras críticas, como Bolton, pero también contra legisladores y fiscales que han investigado al ex mandatario.
Bolton, que no se encontraba en su vivienda al momento del allanamiento, fue visto en su oficina de Washington mientras agentes del FBI trasladaban cajas desde el lugar. Aunque no emitió declaraciones públicas, ya había señalado meses atrás que esperaba ser objeto de escrutinio por sus posiciones contrarias a Trump.
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El trasfondo de esta disputa remite a la publicación de The Room Where It Happened en 2020, obra en la que Bolton describe a Trump como un líder desinformado y desconfiado. El Departamento de Justicia intentó frenar la salida del libro alegando que contenía material sensible, aunque la causa fue desestimada en 2021.
La tensión entre ambos es de larga data. Trump ha calificado a Bolton de “belicista” y “loco”, mientras que el ex asesor lo acusó de actuar como Nixon, con una “lista de enemigos” que incluye a funcionarios y críticos internos.
Fuente: Clarín
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