Ramón Silva pide transformar el idioma guaraní

En el marco del Día de la Lengua Guaraní, celebrado cada 25 de agosto desde 1967, la figura del maestro y poeta Ramón Silva cobra especial relevancia. Crecido en el barrio Tacumbú, entre el castellano y el guaraní popular de los mercados asuncenos, Silva transformó esa experiencia en poesía, medios de comunicación y más de tres décadas de investigación académica.

El autor, integrante de la generación poética del 80 y reconocido por su labor en radio y televisión en guaraní, sostiene que el idioma vive actualmente un proceso de impulso institucional, gracias a la oficialización en la Constitución, la Ley de Lenguas y la creación de la Secretaría de Políticas Lingüísticas y la Academia de la Lengua Guaraní. Sin embargo, advierte que estos avances no son suficientes.

Para Silva, existe una brecha significativa entre el guaraní académico y el popular. Mientras la variante de aula se concentra en la escritura y la creación de neologismos, el guaraní de la calle se mantiene como una lengua oral, viva y dinámica, aunque carente de estandarización gráfica. “Ambas formas tienen fortalezas y debilidades, pero requieren más que una reforma: una transformación estructural que rompa paradigmas”, señaló.

En este sentido, propone que los lingüistas busquen soluciones urgentes para acercar el idioma a la gente, evitando que la rigidez académica lo aleje de su uso cotidiano. La enseñanza formal, asegura, muchas veces fracasa en la comprensión lectora, mientras que el guaraní popular carece de escritura, pero mantiene su fuerza expresiva en la oralidad.

Consultado sobre el papel de la tecnología, el poeta destaca su potencial para revitalizar la lengua entre los jóvenes, siempre que se defina con claridad qué variante del guaraní debe incorporarse a las plataformas digitales y a la inteligencia artificial. “Si se usa bien, puede ser una herramienta valiosa; si no, puede resultar perjudicial”, advirtió.

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Silva también defiende el lugar central del guaraní en la identidad paraguaya, que combina tres dimensiones: la guaraní, la hispánica y la paraguaya actual. A su juicio, esa síntesis cultural refuerza la “paraguayidad” como un universo propio que merece mayor debate y reflexión.

En paralelo, crece la propuesta de declarar Patrimonio Cultural Nacional las obras de Ramón Silva, que incluyen el Diccionario General Bilingüe Guaraní-Castellano (ocho tomos) y más de treinta diccionarios especializados en áreas como medicina, derecho, psicología, medio ambiente y política. Su enfoque apuesta por un guaraní útil, científico y, sobre todo, conectado con la vida cotidiana.

Fuente: Infonegocios

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