Juan José Zapag (centro), y Blas Reguera (derecha). Archivo ÚH.
Juan José Zapag evalúa impulsar la candidatura de Blas Reguera para la presidencia de Cerro Porteño ante el creciente poder de la oposición unificada. El dirigente azulgrana busca una figura que pueda competir efectivamente contra el avance de Carlos Rejala y Ariel Martínez. La estrategia del “Turco” apunta a preservar el control institucional sin exponer a candidatos con mayores riesgos electorales.
Reguera emerge como la opción más viable del Movimiento Institucional tras mantenerse alejado de los focos públicos durante los últimos años. Su perfil bajo contrasta con otros dirigentes más expuestos políticamente dentro del círculo zapaguista. El exvicepresidente del club mantiene lazos históricos con la familia Zapag, pese a su renuncia durante la gestión de Raúl Zapag por diferencias aparentemente irreconciliables.
La propuesta de Reguera cuenta con el respaldo del vicepresidente Víctor Agüero y dirigentes de la fundación del club. Esta coalición interna representa el núcleo duro del oficialismo azulgrana que busca mantener la continuidad del proyecto zapaguista. El consenso alrededor del nombre de Reguera reflejaría la necesidad de unificar fuerzas ante un escenario electoral complejo.
El bloque oficialista explora alianzas con grupos menores para fortalecer la candidatura de Reguera. Entre los posibles socios figuran el ingeniero Óscar Franco, Juan Ángel Napout y el comunicador Daniel Da Rosa. Estas negociaciones buscan ampliar la base electoral del oficialismo frente a una oposición que avanza en terreno firme hacia las elecciones del próximo año.
Carlos Rejala de “Sumar” y Ariel Martínez de “Cerristas, el Cambio es Posible” aceleran las conversaciones para una alianza electoral definitiva. Esta coordinación opositora representa la principal amenaza para la continuidad del proyecto zapaguista en el club. La eventual unión de ambos sectores concentraría un poder electoral significativo que podría inclinar la balanza hacia el cambio dirigencial.
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Juan Carlos Pettengill descartó su candidatura por temor a una derrota electoral que marcaría negativamente su trayectoria dirigencial. Esta decisión evidencia la percepción interna sobre las dificultades que enfrenta el oficialismo para retener el poder. La ausencia de Pettengill como candidato reduce las opciones del zapaguismo y refuerza la necesidad de encontrar alternativas viables como Reguera.
El club atraviesa una crisis institucional por el desconocimiento del oficialismo hacia las decisiones del nuevo Tribunal Electoral Interno controlado por la oposición. Esta situación genera tensiones que derivan en protestas contra Zapag por presuntos intentos de extender irregularmente su mandato. Las elecciones presidenciales definirán el futuro político de una institución marcada por profundas divisiones internas entre oficialismo y oposición.
Fuente: LPO
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