China ha hackeado redes eléctricas y empresas estadounidenses durante décadas, robando archivos sensibles y propiedad intelectual, como diseños de chips, en su búsqueda por obtener ventaja frente a Estados Unidos (REUTERS/ARCHIVO)
Basado en información de The New York Times
Funcionarios de seguridad estadounidenses confirmaron que hackers chinos del grupo Salt Typhoon lograron infiltrar redes de telecomunicaciones y podrían haber comprometido información personal de prácticamente todos los ciudadanos estadounidenses. El ciberataque representa la ofensiva más sofisticada del régimen de Beijing hasta la fecha.
La operación cibernética se extendió por más de 80 países durante varios años, según reveló una investigación conjunta de agencias occidentales. Los expertos consideran que este ataque demuestra que las capacidades chinas rivalizan directamente con las de Estados Unidos y sus principales aliados en el ámbito digital.
El grupo Salt Typhoon logró penetrar grandes empresas de telecomunicaciones, organizaciones gubernamentales e infraestructuras críticas mediante técnicas avanzadas de infiltración. Los datos robados incluyen comunicaciones, registros personales y información sensible de millones de usuarios en múltiples continentes.
Los servicios de inteligencia advirtieron que la información sustraída permitiría a Beijing explotar redes de comunicaciones globales para rastrear objetivos específicos. Entre los blancos prioritarios se encuentran políticos de alto nivel, agentes de inteligencia, activistas y líderes empresariales considerados estratégicos.
Un comunicado conjunto emitido por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Finlandia, Alemania, Italia, Japón y España calificó el ataque como “desenfrenado” e “indiscriminado”. La declaración forma parte de una estrategia coordinada de denuncia pública contra las actividades cibernéticas del gobierno chino.
Cynthia Kaiser, exfuncionaria de la división cibernética del FBI, indicó que resulta difícil imaginar que algún estadounidense haya quedado fuera del alcance de esta campaña masiva de recolección de datos. La ex oficial supervisó múltiples investigaciones sobre hackeos patrocinados por estados extranjeros.
Los investigadores vincularon la operación Salt Typhoon con al menos tres empresas tecnológicas chinas activas desde 2019, aunque el ataque solo fue detectado el año pasado. Las compañías trabajaban directamente para las agencias de inteligencia militar y civil del régimen de Beijing.
Los hackers lograron interceptar llamadas telefónicas y acceder a mensajes de texto no cifrados, según confirmó el senador Mark Warner, principal demócrata del Comité de Inteligencia del Senado. También comprometieron sistemas de empresas hoteleras, de transporte y otras infraestructuras críticas.
Jennifer Ewbank, ex subdirectora de innovación digital de la CIA, señaló que Salt Typhoon marca un nuevo capítulo en las capacidades cibernéticas chinas. La operación exhibe un nivel de sofisticación técnica y coordinación estratégica sin precedentes en ataques anteriores del régimen asiático.
Los atacantes aprovecharon vulnerabilidades antiguas en las redes de telecomunicaciones y servicios de internet, comprometiendo al menos media docena de empresas estadounidenses. El objetivo consistía en proporcionar a las autoridades chinas capacidad permanente de rastreo y monitoreo global de sus objetivos prioritarios.
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La operación se basó en hackeos chinos previos contra Marriott International, aseguradoras de salud y la Oficina de Gestión de Personal del gobierno estadounidense. En 2021, la administración Biden ya había acusado al gobierno chino de penetrar sistemas de correo electrónico de Microsoft ampliamente utilizados.
Anne Neuberger, responsable de ciberseguridad de la administración Biden, escribió en Foreign Affairs que la operación Salt Typhoon refleja una realidad preocupante: China se posiciona estratégicamente para dominar el campo de batalla digital en la próxima década, desafiando la supremacía tecnológica occidental.
Por The New York Times
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