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El Viceministerio de Minas y Energía, dependiente del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), presentó los resultados del estudio sobre consumo y producción de biomasa forestal en Paraguay. El informe, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señala que el país consume anualmente 6,2 millones de toneladas de biomasa, de las cuales el 57% se destina al sector industrial.
El viceministro Mauricio Bejarano explicó que la industria paraguaya depende en un 84% de la biomasa como fuente energética, mientras que solo el 16% utiliza electricidad. La leña sigue siendo el recurso más usado por su bajo costo, aunque crece el empleo de especies provenientes de plantaciones forestales como el Eucalyptus spp., que ayudan a reducir la presión sobre los bosques nativos.
El estudio revela que el 53,6% de la biomasa utilizada proviene de bosques naturales, el 31,3% de plantaciones forestales y el 15% de residuos agrícolas e industriales. Los sectores más dependientes de este recurso son el etanol, la industria azucarera, las cerámicas, olerías y la producción de cal viva.
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Bejarano destacó que Paraguay se encuentra en la fase final del plan de certificación de biomasa, establecido por el Decreto 4056/15. Este sistema permitirá controlar la trazabilidad del recurso y promover prácticas sostenibles. La implementación será progresiva a partir de 2026, en coordinación con el Ministerio de Industria y Comercio, el Ministerio del Ambiente y la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD).
El viceministro adelantó que se trabaja con el Ministerio de Hacienda para garantizar los fondos necesarios para ejecutar el plan. Si bien la certificación no será obligatoria en su inicio, las industrias deberán incorporar gradualmente biomasa certificada. Aquellas que posean sus propias plantaciones podrán ser eximidas, salvo que sus mercados exijan certificación.
El documento también advierte sobre la falta de sostenibilidad en la producción de biomasa, lo que genera riesgos ambientales y económicos. Por ello, el MOPC impulsa la reactivación de proyectos de reforestación energética, elaborados en conjunto con la CAF y el Fondo Verde para el Clima.
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Bejarano remarcó que la reforestación puede generar empleo y desarrollo rural, calculando que cada hectárea reforestada crea al menos cuatro puestos de trabajo directos. Además, aseguró que la biomasa, complementada con subproductos como las cáscaras de arroz o los residuos de caña de azúcar, se consolida como un recurso estratégico para la sostenibilidad energética nacional.
Finalmente, el viceministro señaló que la certificación de biomasa no solo fortalecerá la seguridad energética del país, sino que también impulsará nuevas oportunidades de inversión en el sector forestal, consolidando una transición hacia una producción más eficiente y ambientalmente responsable.
Fuente: Infonegocios
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