Una persona adulta con múltiples pensamientos, listas de tareas, y distracciones flotando alrededor de su cabeza o desordenando su espacio de trabajo, creando una sensación de agobio y falta de foco.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), durante mucho tiempo asociado exclusivamente a la infancia, muestra hoy una realidad distinta. En Estados Unidos, 15,5 millones de adultos viven con esta condición, según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Lo más revelador: la mitad fue diagnosticada después de los 18 años, lo que evidencia un cambio en la forma de entender el TDAH en la adultez.
Durante décadas, el TDAH se caracterizó por la inquietud y la falta de atención en niños. Sin embargo, investigaciones recientes indican que en adultos los síntomas pueden ser más sutiles. La psiquiatra Jill RachBeisel explica que muchos desarrollan estrategias para “enmascarar” sus dificultades, lo que retrasa su diagnóstico.
En la infancia, el trastorno se traduce en movimientos constantes o dificultad para permanecer sentado. En la adultez, se manifiesta como impaciencia en el tráfico, interrupciones al hablar o sensación de agobio constante. Otros síntomas frecuentes incluyen distracción persistente, falta de control de impulsos y dificultades para mantener rutinas.
Las causas combinan factores genéticos, ambientales y del entorno tecnológico. Aunque no hay evidencia concluyente de que las pantallas provoquen TDAH, el neuropsiquiatra John Ratey, de Harvard, sostiene que el exceso de estímulos digitales podría amplificar los síntomas o generar patrones similares.
El diagnóstico tardío representa un desafío clínico. Los profesionales deben rastrear señales presentes desde la infancia, incluso si nunca fueron identificadas. La pérdida de estructuras escolares, el estrés laboral y la vida adulta pueden exponer dificultades previamente compensadas.
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El tratamiento abarca desde medicación estimulante o no estimulante hasta terapia cognitivo-conductual (TCC), que ayuda a mejorar la organización, el manejo del tiempo y el control de impulsos. También se destacan los programas de coaching especializado en TDAH, enfocados en rutinas personalizadas.
Pese a sus retos, el TDAH puede revelar talentos únicos, como la creatividad, la pasión y la capacidad de hiperfoco. Los expertos coinciden en que, con apoyo adecuado y comprensión social, las personas diagnosticadas en la adultez pueden convertir sus desafíos en fortalezas.
Fuente: Nat Geo
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